El Colectivo de Artistas y Artesanos de Yucatán (CAAY), tendrá una exhibición y venta el próximo 3, 4 y 5 de diciembre, en el local de la Cámara Nacional de Comercio, avenida Itzáes 273, colonia García Ginerés, donde será posible observar el resultado de muchos procesos creativos de obras que reflejan las diversas cosmovisiones de los artistas y artesanos señaló la artista plástica Elena Martínez Bolio.
“Serán tres días en los que estarán 68 artesanos de diferentes técnicas que se prepararon a lo largo del año con mercancía nueva y piezas únicas. El público tendrá la oportunidad de estar en contacto directo con los artistas y a los interesados les hablarán de la materia prima y su fabricación”, señaló.
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En la exposición encontrarán piedra tallada, madera torteada, cuerno de toro, textiles, zapatos de henequén, lámparas, orfebrería, plata, filigrana, papel maché, papel de sansevieria, entre otros. En la actividad darán la opción de pagar con tarjeta de crédito y también podrán hacer encargos.
Martínez Bolio dijo que, el grupo CAAY está constituido por más de 60 artistas y artesanos, que tienen como propósito fundamental preservar y rescatar técnicas artesanales para la creación de objetos de arte para usar, así como aplicar nuevas técnicas para la producción de nuevas piezas artesanales destinadas a la sociedad contemporánea.
La artista plástica explicó, que a diferencia de otras agrupaciones de emprendedores que exhiben su propuesta en bazares diversos y que parten de la idea de adquirir un objeto industrial e intervenirlo para aproximarlo al uso, el CAAY parte de la concepción de la pieza hasta su elaboración final; no intervienen un objeto ya hecho, sino que lo crean desde la materia prima y bajo los cuidados que exige cada proceso de elaboración que lo enriquece paso a paso.
Destacó que las artes y los oficios artesanales incluyen conocimientos y saberes simbólicos, así como técnicas que se heredan de generación a generación, como parte de un devenir histórico acumulado en las manos de cada artesano, con el fin de transmitir todo ello al objeto creado para que las personas que fueron atraídas por su belleza lo usen. Esta situación determinada por el vínculo del artesano con la gente representa el movimiento del espíritu humano a través de las creaciones artesanales, las cuales, luego de atravesar cierto caos que surge en el proceso de elaboración, finalmente logran la obtención ordenada de la pieza mágica.
Señaló, que cada pieza es una alabanza de la belleza a través de la cual otorgan cierta viveza a la obra creada mediante procesos artesanales. La obra parece prevalecer entre el uso cotidiano de esta y el placer contemplativo de la misma. El objeto artesanal no solo tiene la fuerza de la conquista por su utilidad, es decir, no solo provoca los sentidos humanos, sino que, en consecuencia, impide que la gente que lo porta se desprenda de este.
Sin embargo, destacó que el artesano no se define por su nacionalidad o su raza o su religión; el artesano no es leal a ninguna idea o una imagen, sino a una práctica, su oficio. Añadió que el trabajo del artesano pocas veces es solitario, aunque tampoco es exageradamente comunitario, como ocurre con los obreros de la industria; puede ser simplemente familiar. No escatima horas a su día de trabajo.
En este sentido, dijo que varios artesanos de colectivo CAAY no tienen una jornada establecida e inamovible, como sí la tienen los obreros o los empleados. Casi todos ellos tienen su taller en su hogar, lo que les permite aprovechar las primeras horas de la mañana para sus creaciones o las noches apacibles para la elaboración de sus obras.
Indicó, que el retorno de la artesanía en la época contemporánea implica el regreso a la sensibilidad humana, y más en el momento actual de la pandemia. Ya que los artesanos ven marchar sus obras a lugares ajenos, desde los hogares cercanos hasta los de países lejanos. Este desprendimiento de sus piezas provoca emociones encontradas: al mismo tiempo que lamentan su pérdida, festejan que sean apreciados por otras personas que se las llevan. En cambio, los objetos industriales, una vez cumplida su utilización, son desechados a la basura y al olvido.
En otro tema, Martínez bolio presentó algunos participantes de este evento CAAY 2021. Barro, réplicas de Patricia Martín Morales tiene el Taller de artesanía los Ceibos en Muna, Yucatán, es un equipo familiar con una trayectoria de más de 35 años, su quehacer la ha llevado a participar en importantes muestras con investigadores arqueólogos y en universidades, Patricia replica estatuillas mayas, vasijas y un sin números de piezas de nuestra cultura con pincel en mano con pigmentos y barro.
Muchos de los objetos que se replican en el Taller Los Ceibos, son duplicidades de nuestra cultura que están en nuestros museos y colecciones particulares, es conmovedor saber que pertenecieron a ese mundo en donde la hermosura no era un valor aislado y autosuficiente, sino que dieron uso. La sensibilidad personal y la fantasía desvían al objeto de su función e interrumpen su significado: ya no es un recipiente que sirve para guardar un líquido, sino para mostrar un clavel. Desviación e interrupción que conectan al objeto con otra región.
Finalmente, dijo que el grupo International Women´s Club of Mérida apoyará el evento con la recepción de visitantes y traducción del idioma.
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MG