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Cultura

Circus Gitanus llega a Mérida con la puesta `hijas de la luna´

Las hijas de la luna, una puesta en escena interdisciplinaria, expresa inquietude con destrezas físicas
Los malabares aéreos constituyen un arte; comunican un mensaje
Los malabares aéreos constituyen un arte; comunican un mensaje

La palabra “circo” engloba un cosmos infantil, algo de animal y divertido; la carpa se levanta entre trapecistas, tragafuegos y hombres bala. “Lo nuestro conserva algo de eso, pero incorpora la danza contemporánea, la música en vivo y la introspección”, explica a POR ESTO! la artista escénica Giovanna Triana, conocida artísticamente como Triana Circus. “Lo circense diversifica las maneras de expresión: el riesgo, la comedia y las acrobacias pueden representar inquietudes, tal y como nosotras lo hacemos en Hijas de la luna”, a presentarse el sábado 13 de marzo a las 11:00 horas en el auditorio del Centro Cultural Olimpo. “Por primera vez, Circus Gitanus presentará una obra producida y ejecutada por una familia compuesta sólo por mujeres circenses; deseamos comunicar nuestras inquietudes desde lo que normalmente suele ser apreciado como una diversión”. Los boletos están disponibles por 100 pesos en varios puntos de toda la ciudad para facilitar la sana distancia al ingresar, así como en la taquilla del auditorio. Basta con mandar un mensaje al número 9848011529 o a través de Facebook (@CircusGitanus).

Las Hijas de la luna habla sobre “las mujeres en el circo, de la presencia de las mismas a través de anécdotas, e incluso de poesía, con un contexto cercano a lo místico, que es la esencia de la compañía”, explica la directora, productora y gestora de la puesta en escena. “Vamos a tomar el contenido social de la historia de las mujeres circenses, tomando como base el pensamiento de la mística a través de símbolos o metáforas, como la naturaleza, las fases lunares y el vínculo con la vida a través de nuestra feminidad”. La obra también se basa “en una investigación escénica para trabajar como un laboratorio creativo, y así también expresar sentimientos muy profundos como actoras y como mujeres”.

Lo circense no sólo es arte, sino que evoluciona: “ha debido moverse a otros foros culturales desde que ya no se usan las carpas tradicionales. Al ser arte, llega a formularse la pregunta sobre qué queremos comunicar, ya sea a través de los aéreos, malabares, del riesgo, de la comicidad, que son factores característicos del circo. Nuestro contenido intenta guardar estos elementos presentes sin dejar de lado la intención artística de comunicar algo e involucrarnos con otras artes, formando un sentido de comunidad”.

El dinamismo y la espectacularidad se alejan del mero entretenimiento. “Buscamos cuestiones sociales que a nosotras, como mujeres, nos incumben y suceden en el día a día. ¿Cómo nos sentimos y qué hacemos todos los días?”. A la par, Triana hace saber que  “siempre estamos en un proceso de evocar sentimientos. Eso nos permite trabajar con base en la sinceridad y la consideración de lo que puede sentir el otro, muy aparte de ser artistas, a la vez que nos identificamos con el entorno para comunicar así nuestro mensaje”. Esta consciencia sobre sí mismas y sobre los demás se lleva a escena y se expresa “mediante las acrobacias y momentos especiales en la destreza física. El riesgo, por ejemplo, puede estar reflejando el miedo que puede sentirse en la vida cotidiana”.

La artista emergente confía algo en estas páginas: “Hijas de la luna es de nuestras obras más sinceras, en la que toda la familia está incluida para tener el honor de enfatizar de otra manera el Día Internacional de la Mujer, que no es tanto un día de celebraciones, sino de compartir y de reflexionar, desde los más pequeños hasta los más adultos. Los niños y las juventudes son nuestro cambio. Todas las personas que estamos integradas aquí haremos existir la reflexión sobre la cooperación que hace posible esta obra, una con un elenco bastante grande”.

El gran esfuerzo llevado a escena será posible gracias a Vero Valens; las artistas Valeria Espinosa, Ligia Vargas, Elisa Arribas; las músicos Sian Ka’an Rueda, Karen Rosales e Inés Villamil, y a la edición de fotografía y video de Mariestela Galaz y Paulette González Yañez.

JG

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