Dentro de los 20 mejores directores de campus a nivel mundial en la iniciativa Hult Prize 2021, programa aliado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se encuentra Alan Hernández García, un estudiante mexicano con quien POR ESTO! pudo conversar. “Ser director de campus no es simplemente ser la cara de la universidad que se representa, en este caso, el Instituto Politécnico Nacional. Debemos incentivar a los jóvenes de nuestras universidades para que emprendan un proyecto que genere impacto social. En mi caso, logré formar un equipo de 70 embajadores y voluntarios, que me apoyaron en la creación de más de 150 eventos en esta era digital”, dice Alan, explicando también que su comitiva logró movilizar a 10 mil estudiantes en 28 sedes del IPN, siendo la más grande en esta edición del programa educativo internacional. “Aunque la diferencia es grande, no significa que uno haga más que el otro. El impacto es el que todos generamos. Nosotros no vemos cuál fue el mejor o quién reunió más gente. Es un trabajo en conjunto”, comenta el entrevistado. El Premio Hult (Hult Prize en inglés) es una competencia anual de que reúne ideas de estudiantes universitarios después de desafiarlos a resolver un problema social urgente en torno a temas como la seguridad alimentaria, el acceso al agua, la energía y la educación. Algunos de los proyectos universitarios pueden aspirar a conseguir un millón de dólares como incentivo. “El fin de Hult Prize no es sólo ganar un millón de dólares, sino crear un cambio positivo en el mundo. El dinero es un beneficio que se otorga a las mejores ideas de negocio para hacerlas realidad. El apoyo permite crear una iniciativa desde cero hasta completarlas para que, cuando pasen por distintas etapas, tengan la oportunidad de ganar el millón de dólares”, esclarece Alan. En las capacitaciones, “abordamos distintos temas, como los retos del emprender, la generación de ideas, el funcionamiento de las pequeñas y medianas empresas; todo se enfoca en el reto de cada año. Esta serie de conferencias permite visualizar qué es lo que se necesita”. El emprendimiento y la educación en conjunto, cree Alan, es una oportunidad para el desarrollo: “en el IPN, tenemos la fortuna de tener este movimiento. El enfoque se da en el área social. Desde el primer semestre de varias carreras, se enseña a buscar una problemática en la vida diaria a la cual se le pueda dar una solución creativa. Hult Prize incentiva la realización de esos proyectos escolares, para que no sólo se queden en el papel, como un trabajo escolar”. Los programas escolares actuales, cree Alan, “no son completamente reemplazables, pero sí pueden enriquecerse. Muchos sistemas en las escuelas, más que obsoletos, simplemente se quedan estáticos. Sería muy bueno que el programa se implemente en otras universidades”. Actualmente, la comitiva del IPN trabaja con un equipo concentrado la creación de una nueva forma de alimento para el ganado. “Los chicos que la elaboran son de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Biotecnología (UPIBI). El negocio vino desde un trabajo escolar. Cuando escucharon del movimiento, decidieron aplicar en la convocatoria. Se informaron para saber cómo desarrollar, promocionar y atraer inversiones a su proyecto. Llevaron su idea del mundo escolar al mundo real, y estamos agradecidos con ellos por animarse a hacer lo que muchos no: tener una visión y tomar la oportunidad”, explica Hernández. Después de ser director de campus en el movimiento Hult Prize, Alan coordinará a todos los directores del continente americano que se integren en la iniciativa, en conjunto con dos compañeras universitarias. “Lo único que haré dentro de mi universidad es dar seguimiento y asesoramiento al nuevo director, para asegurar que los resultados se mantengan. Yo quisiera dar todo mi apoyo, y que la nueva persona que se quede como Campus Director sea, otra vez, uno de los mejores 20 del mundo”, visualiza él. Los nuevos aspirantes a líderes pueden informarse en la página https://hultprize-oncampus.org/.