Inspirados en los nahuales, los alebrijes oaxaqueños, originarios de la cultura zapoteca, nos miran como figuras de protección ante los malos espíritus y esperan desde los estantes de la Expo TlaquepArte, a que alguien los adquiera y lleve a sus hogares, tras ser popularizados en México y en el extranjero.
Son piezas hechas a base de madera de copal y teñidos con pigmentos naturales como la ceniza y polvo de carbón, entre otros elementos. “Son objetos espirituales, que fueron muy importantes y que ahora son una pieza llamativa para los visitantes, pues cada símbolo tiene que ver con la mitología zapoteca”, mencionó Rosario García, artesana oaxaqueña.
Explicó que se trata de piezas hechas de madera que tiene detalles muy finos que toman tiempo para realizarse. Detalló que para cada pieza se requiere entre dos o tres meses de elaboración, por lo que el precio es acorde al trabajo que requiera.
Compartió que desde que empezó a participar en una de las exposiciones más importantes como la de TlaquepArte, su clientela aumentó, pero cuando tienen la oportunidad los llevan a los talleres para que entiendan el valor de cada pieza.
En promedio, no existe un precio regular, pues depende del tamaño y el diseño que tiene, por ejemplo, una pieza de aproximadamente 10 centímetros podría costar hasta cuatro mil pesos, mientras que las más grandes puede costar entre quince a 25 mil pesos.
“Para conocer tu animal espiritual se tiene que acudir al calendario zapoteco, sin embargo, muchos acuden al colibrí porque representa de manera metafórica y de creencia la visita de seres queridos que ya han pasado a otra vida”, comentó.
La increíble muestra se lleva a cabo en el Centro de Convenciones y Exposiciones Yucatán Siglo XXI y hoy cierra sus puertas.
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NM