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Estrellas en ascenso

NUEVA YORK, EE.UU., 11 de noviembre (AP).- NUEVA YORK (AP) — Dos toleteros que saltaron de inmediato a la fama con su prodigioso poder cosecharon un nuevo logro en una primera temporada de ensueño. Pero de manera inusitada, Pete Alonso no fue quien consiguió el mayor hit.

Por votación unánime, Yordan Alvarez, de los Astros de Houston, fue elegido el Novato del Año en la Liga Americana. Y Alonso se hizo del galardón en la Nacional, aunque se quedó a un solo voto de la unanimidad.

“Tan sólo ganar el trofeo es una bendición, sin importar si lo logras o no en forma unánime”, matizó Alonso.

Álvarez recibió los 30 votos a primer lugar por parte de la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica, de acuerdo con los resultados dados a conocer el lunes.

El toletero cubano es el 24to jugador en la historia que obtiene el premio por votación unánime.

“Realmente no lo esperaba”, reconoció.

Álvarez, de 22 años, quedó segundo entre los novatos del Joven Circuito con 27 jonrones, pese a jugar sólo 87 juegos tras debutar en junio. Salvo en el caso de los lanzadores, ningún pelotero con tan pocos juegos había sido el Novato del Año en la Americana.

Bateó para .313, empujó 78 carreras y ostentó un OPS de 1.067 por Houston, que terminó ganando el gallardete divisional y cayendo en la Serie Mundial.

Por momentos, el pelotero de Las Tunas tuvo dificultades durante la postemporada, pero ésta se disputó después de que la votación había concluido.

“Toda mi familia me decía que iba a ganar el premio”, relató Álvarez. “Y una vez que me eligieron, estaba muy emocionado”.

Álvarez es el tercer jugador de Houston en conseguir el premio, luego de su compañero boricua Carlos Correa en 2015 y de Jeff Bagwell, quien lo obtuvo en 1991 y terminó exaltado al Salón de la Fama.

Por mucho, Álvarez superó a los otros finalistas. El segundo puesto fue para John Means, lanzador zurdo de los Orioles de Baltimore, y el tercero para Brandon Lowe, pelotero de cuadro de los Rays de Tampa Bay.

Su swing zurdo que recuerda el de Willie McCovey, miembro del Salón de la Fama y otro jugador elegido Novato del Año por unanimidad. Se consolidó de inmediato en la parte intermedia del orden al bate de los Astros.

Conectó siete jonrones en sus primeros 12 juegos, y su OPS fue el quinto de las Grandes Ligas, pese a disputar su primer encuentro el 9 de junio.

McCovey apareció en 52 encuentros de 1959, cuando obtuvo el premio en la Nacional. Es el único total menor que el de Álvarez entre los galardonados en la historia.

Alonso lideró las Grandes Ligas con 53 jonrones en la campaña, y recibió 29 de los 30 votos al primer puesto. El otro voto a primer sitio fue para Mike Soroka, lanzador derecho de los Bravos de Atlanta.

El total de cuadrangulares de Alonso superó por uno el récord para un novato, establecido en 2017 por Aaron Judge, de los Yanquis de Nueva York. Alonso se convirtió en el emblema de los Mets, por su poder, personalidad y filantropía _donó 100.000 dólares de su premio de un millón por el Derby de Jonrones a organizaciones caritativas que ayudan a soldados heridos y a trabajadores de emergencias.

El dominicano Fernando Tatis, campocorto de los Padres de San Diego, finalizó en el tercer lugar de la votación en el Viejo Circuito.

Los Mets disgustaron a sus seguidores al final de la campaña de 2018, cuando colocaron a Alonso en la Triple A, tras mencionar que no jugaba suficientemente bien a la defensiva en la inicial. Llegó a los entrenamientos de pretemporada en una lucha con Dominic Smith por la titularidad.

De hecho, no sabía siquiera si se quedaría en la nómina para el juego inaugural. Fue nombrado titular un día antes de que iniciara la campaña regular.

Y se convirtió en un astro al instante. Durante marzo y abril, bateó para .292 con nueve cuadrangulares, 26 impulsadas y un OPS de 1.024.

Usó una gorra que decía “100%”, durante la transmisión en que se le anunció como ganador del premio. Al final, no obtuvo ese 100% de los votos.

De todos modos, mostró su habitual sonrisa, tal como cuando sus compañeros le arrancaron el jersey, tras gestionar un boleto que puso fin a un juego en septiembre.

“No me quitaré la camisa en esta ocasión”, bromeó.