Marco Antonio Sánchez Solís
La final de la Liga MX del Fútbol Mexicano es atípica este año, se juega en el periodo en el que prácticamente todos los circuitos del mundo están de vacaciones, pero esto viene a beneficiar al comercio.
Debido a la mala planeación de la máxima liga de fútbol del país, al no prevenir que podría llegar a la final el equipo que represente a la CONCACAF en el Mundial de Clubes, la final este año se juega en la última semana del año, entre navidad y año nuevo.
La final la juegan las Aguilas del América y los Rayados de Monterrey, la cual comenzó con los primeros 90 minutos ayer en el Estadio de los regios y concluirá con la segunda parte el domingo 29 de diciembre en el “Azteca”.
Sin embargo, este “error” en la programación beneficia a los restaurantes y bares de Mérida, ya que recibieron a aficionados que asistieron para ver las emociones del encuentro de “ida”, el cual se jugó ayer por la noche.
Restaurantes y bares de todo Mérida vieron a gente llegar con uniformes de rayas azules y blancas, del equipo regiomontano, y con uniformes amarillos de la escuadra americanista.
El parón por el retraso de la final, que se suspendió estos partidos 2 semanas, se notó en el ánimo de la afición, el cual se “enfrió”, pues no se vio gente andando en las calles con los uniformes de los finalistas.
Pero la final ahí está, en las conversaciones de las personas, en el debate de a quien le perjudicaría más el parón, a los Rayados por el viaje o a las Aguilas.
Por la noche, antes de comenzar el partido, los bares y restaurantes, los que contaban con televisiones, y en especial los de temática deportiva, empezaron a recibir a los aficionados para ver el encuentro.
Pero también las casas fueron buenos sitios para reunir a los amigos, quienes se concentraron en torno a una pantalla, para ver los primeros 90 minutos de esta atípica final y continuar con el “recalentado” de la Navidad.