Por Ele Carfelo
El encierro que aprobaron nuestras Autoridades Taurinas, de la ganadería queretana “SAN MARTIN”, es digno de recibir los calificativos de SENSACIONAL y de FENOMENAL. Ojalá que sus resultados, después de su lidia, sean: BRAVURA y FORTALEZA, y los centauros encargados de lidiarlos, estén a la altura de todos estos calificativos también, para que los tendidos revienten de emoción, y nuestros empresarios salgan del festejo con el corazón y los bolsillos llenos de satisfacción.
La ganadería “San Martín” es una de las ganaderías mexicanas que, inexplicablemente, se han mantenido fuera de los carteles de las plazas de toros mexicanas, y la única razón que encontramos para esa ausencia, es que los toreros que más torean en las plazas, no gustan de lidiarlos, por sus cualidades en cuanto a bravura y trapío, y prefieren los toros con menos dificultad y peligro. Este encierro, inclusive, por su peso y volumen, posiblemente en su mayoría, lo forman toros con CINCO AÑOS cumplidos, lo que representa mayor mérito para sus lidiadores y mayor emoción para sus espectadores.
Recordemos que esta ganadería fue fundada en 1932, en la hacienda Tengüendeo en el Estado de Hidalgo, por don Juan Aguirre, el gran picador de toros mexicano, con vacas de Zacatepec y semental de “San Mateo”. En 1935 se trasladó al rancho “La Esperanza”, en el municipio de Tepeji del Río, siempre en el Estado de Hidalgo, agregándose a su pie de cría, vacas de “Torreón de Cañas” y sementales de “San Mateo” y “Torrecilla”, y se lidiaron por vez primera sus toros, en la Plaza “El Toreo” de México, con un encierro que mataron el 21 de agosto, Eduardo Solórzano y Gregorio García. En 1966, la ganadería fue comprada por Don José Chafik Handam y Don Marcelino Miaja Calvo, quienes cambiaron el nombre de la vacada por el de “SAN MARTIN”. En 1968, eliminaron todo su pie de cría, y metieron 160 vacas de “Torrecilla”, “San Mateo”, “Valparaíso” y “José Julián Llaguno”, para padrearlas exclusivamente con sementales de “San Mateo”, y ya con esta sangre nueva, mandaron su primer encierro a la Plaza “México”, el 9 de enero de 1972, para Manolo Martínez, el español José Luis Galloso y Mariano Ramos. En 1997, importaron de España toros y vacas del Marqués de Saltillo y Santa Coloma, para mejorar enormemente la calidad de sus pupilos, volviéndose además, renovadores de lo que es en la actualidad el TORO MEXICANO, con esta sangre nueva, regaron el campo bravo mexicano, pues muchos ganaderos refrescaron la sangre de sus ganaderías con magníficos resultados. Fundaron estos dos ganaderos, una ganadería también en ESPAÑA, con el mismo nombre de “San Martín” con los mismos resultados positivos, y esos encierros españoles fueron también exportados a Sudamérica, refrendando sus triunfos.
“SAN MARTIN” fue vendida a Don ALBERTO BAILLERES GONZALEZ, en el 2010, incluyendo la ganadería española. Recordamos que con anterioridad, el señor BAILLERES había adquirido las ganaderías de “BEGOÑA” en 1971, y “SAN MIGUEL DE MIMIAHUAPAN”, en 1972, y los resultados en cuanto a calidad y trapío, los conoce perfectamente el público yucateco, que regresó a los tendidos del coso de la avenida “Reforma”, atraído por la calidad de esos toros, que nos trajeron en temporadas anteriores, los empresarios HAGAR y BASULTO, quienes ahora nos traen este soberbio encierro de “SAN MARTIN”.
Vale la pena recordar aquí, que uno de los anteriores ganaderos de “San Martín”, Don JOSE CHAFIK HANDAM, fue apoderado del torero regiomontano MANOLO MARTINEZ, quien se hizo el “TORERO MANDON” del toreo mexicano, toreando con exclusividad toros con la sangre del “Marqués de Saltillo”, como “Mimiahuapan”, Javier Garfias, “De Santiago”, “San Mateo” y, ¡desde luego!, de “SAN MARTIN”, astados que criaba su apoderado.
Entonces, para el festejo de Año Nuevo… ¡Que Dios reparta suerte!