Por Ele Carfelo
Tal vez estas notas que ahora escribo, las debí escribir antes de que se celebrara la “Feria de San Isidro” en Madrid, en la Monumental Plaza de “Las Ventas”. No lo hice.
Pero en el momento actual, motivado porque tuve la suerte de presenciar por Televisión los magníficos resultados de la mayoría de los festejos celebrados este año, voy a hacerlo, aunque sea de manera muy breve en este mi espacio taurino. Manos, pues, a la obra.
La Feria de San Isidro lleva celebrándose en la capital española, desde 1947. El ciclo que acaba de terminar, ha sido el 72º de haberse celebrado. La idea de la feria surgió de la mente de DON LIVINIO STUYCK por aquel entonces, gerente de la empresa que manejaba la Plaza madrileña, y arraigó de inmediato en los hábitos consuetudinarios de los aficionados madrileños.
El público de Madrid estaba habituado al sistema de “abono” que se usaba en los tiempos de la anteguerra civil española, que ofrecía festejos mayores desde el Domingo de Resurrección -fecha en que año a año se inauguraba la Temporada- hasta los días finales de junio. En el otoño, había una segunda Temporada de Abono, que abarcaba los meses de septiembre y octubre. Terminada la Guerra Civil, dejó de haber un Abono propiamente dicho, aunque la programación de las corridas de toros era en los mismos meses tradicionales: abril, mayo, junio, septiembre y octubre.
La primera “Feria de San Isidro” constó tan sólo de CINCO CORRIDAS, de las cuales, una fue una novillada. Los matadores fueron: Manuel Alvarez “El Andaluz”, Antonio Bienvenida, Eduardo Ortega “Gallito”, Pepe Bienvenida, Pepe Luis Vázquez, Raúl Ochoa “Rovira”, Luis Gómez “El Estudiante”, “El Choni”, Pepín Martín Vázquez, Paco Muñoz, Manolo Navarro y Vicente Fauro, quienes lidiaron toros de Alipio Pérez Tabernero, Pablo Romero, Miura, Sánchez Fabrés y Rogelio del Corral. En el serial no se concedió ningún apéndice.
A partir de 1948, se celebraban OCHO CORRIDAS, que aumentaron a ONCE en 1952, y a partir de ahí, se fueron aumentando con algunas cada año, que llegaron a DIECISEIS en 1965, manteniéndose en ese número hasta 1969, aumentando casi año a año, hasta llegar a VEINTITRES, en el año de 1975, y se mantuvo así por muchos años.
Como datos históricos, podemos citar que en 1948, “El Andaluz” cortó la primera oreja de la Feria y el mismo año, Francisco Vega de los Reyes “Gitanillo de Triana” y “Parrita” realizaron las primeras faenas consagratorias de dos orejas. Por cierto que el año anterior había muerto “MANOLETE”, quien no tuvo oportunidad de torear en esta Feria. Por este triste acontecimiento, la fiesta había entrado en una especie de transición, y las “figuras” no se hicieron partidarista de torear en el nuevo ciclo: Domingo Ortega nunca quiso torear en “San Isidro” y Pepe Luis Vázquez no volvió sino hasta algunos años después. Luis Miguel Dominguín, “Parrita”, Manolo González y Antonio Ordóñez eran los que más acaparaban la atención en los carteles, hasta que llegó la época de Julio Aparicio y Miguel Báez “Litri” a mediados de los años cincuenta, cuando Carlos Arruza regresó a España, retirado como matador “de a pie”, pero era un excelente rejoneador, y se presentó en Madrid en “San Isidro”, donde alternó precisamente con Aparicio y Litri, y obtuvo un enorme triunfo.
En los años cincuenta, aparte de los detalles relatados, los triunfadores de la Feria fueron: Rafael Ortega, Pepe Luis Vázquez, Antonio Bienvenida, Antonio Ordóñez, Manolo Vázquez y el venezolano César Girón.
En estos cincuenta aparece también en los “San Isidros”, el madrileño Antonio Chenel “Antoñete”, que iniciaba una de las carreras más largas de la tauromaquia, que se prolongó hasta llegar a edad bastante avanzada.
En la siguiente columna, se continuará recordando los siguientes años de las “Ferias de San Isidro”, aunque de modo más breve, para terminar.