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Polvo de Estrellas

Gabriel Zapata BelloEjemplos de espíritu y valor deportivo de antaño  

Como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, que dejó cientos de miles de jóvenes lesionados o amputados, un neurocirujano alemán establecido en el Reino Unido de nombre Ludwing Guttmann, diseñó un plan a petición del gobierno británico para tratarlos mediante la práctica del ejercicio físico. En 1948, el mismo día que se inauguraban los Juegos Olímpicos de Londres, tuvieron lugar los Juegos de Stocke Mandeville, competición entre hospitales y clubes nacionales británicos, que se consideran el precedente de los Juegos Paralímpicos.

En esos años, también en Yucatán había ejemplos de personas con lesiones físicas que daban muestra de su pasión y energía deportiva en los escenarios deportivos locales.

Uno de ellos fue Antonio Domínguez, lanzador de la novena Panificadora Yucateca de segunda fuerza en el Campeonato Obrero, que se efectuaba en los terrenos de la antigua Escuela Granja -–actualmente conocida como la Casa de la Cristiandad-, quien a pesar de carecer de una pierna jugaba y era capitán de esa novena durante los años 1942-1945. Lanzaba con buena velocidad y en sus turnos al bate, cuando lograba alcanzar la base, realizaba audaces intentos de robo de almohadillas, que logró en algunas ocasiones. 1

Durante varias décadas Domínguez se dedicó, en paralelo a su afición deportiva, a la limpieza de calzado en la Plaza Grande de Mérida.

Otro caso inspirador en nuestro medio sucedió en el basquetbol, cuando por primera vez se presentó la quinteta norteamericana de los Harlem Globe Trotters en la desaparecida cancha del edificio central de la Universidad de Yucatán para enfrentar a la selección local en julio de 1963.2 Los llamados “magos del basquetbol” contaban entre sus filas con Boid Buie, un jugador que en su niñez, debido a un accidente automovilístico en su natal Arkansas, perdió el brazo izquierdo a la edad de 13 años, lo cual no le impidió estudiar y jugar con la Universidad de Tennessee. Una vez que terminó sus estudios ingresó a los “Trotamundos” con quienes jugó de 1946 a 1970 con un promedio de 18 puntos por partido. Ante un llenazo en la cancha de la Universidad de Yucatán, Buie desplegó un juego ameno y, como parte del espectáculo, realizó vistosas bromas deportivas con el balón; sin embargo, a la hora de encestar no dejaba de evidenciar su calidad aún con solo un brazo, lo cual dejó ampliamente impresionada y satisfecha a la concurrencia meridana.

Boid Buie fue incorporado al Salón de la Fama del Basquetbol de la Universidad de Tennessee en 2011.

Las muestras de espíritu y valor deportivo de los atletas con discapacidades en varias naciones, como las de Domínguez y Buie en nuestro medio, sirvieron para reconocer oficialmente los Juegos Paralímpicos, cuya primera edición se celebró en Roma, Italia en 1960. Los paralímpicos tienen lugar tres semanas después de las Olimpiadas en la misma ciudad y en las mismas instalaciones.

Si bien el infortunio o un accidente pueden terminar con ciertas habilidades físicas de una persona, difícilmente pueden acabar con el valor y determinación de un verdadero deportista.

1 Diario de Yucatán, Lanzador sin una pierna, 23 de julio de 1972, 2ª Secc., p. 4 .2 Diario de Yucatán, Pronto muy pronto en Mérida los magos del basquetbol, 2 de julio de 1963, p. 7.

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