El dopaje positivo habría ocurrido el pasado 10 de agosto, en el encuentro entre Pachuca y Querétaro, disputado en el Estadio La Corregidora. El partido de la fecha 4 del Apertura 2019 terminó con victoria para el cuadro local por 2-1. Al término del mismo, el “Pocho” fue sorteado para realizar el examen antidopaje. El resultado fue positivo, según reveló la cadena ESPN.
Por César Huerta
Ciudad de México, 13 de enero (ASMéxico).- Víctor “Pocho” Guzmán no jugará con Chivas . El futbolista que recién había llegado como refuerzo no podrá vestir la camiseta rojiblanca debido a un dopaje positivo. Así, la millonaria transacción que lo había llevado al Rebaño Sagrado se vendrá abajo y tendrá que regresar al Pachuca , club con el que jugaba cuando dio positivo.
El dopaje positivo habría ocurrido el pasado 10 de agosto, en el encuentro entre Pachuca y Querétaro , disputado en el Estadio La Corregidora. El partido de la fecha 4 del Apertura 2019 terminó con victoria para el cuadro local por 2-1. Al término del mismo, el “Pocho” fue sorteado para realizar el examen antidopaje. El resultado fue positivo, según reveló la cadena ESPN.
La muestra habría sido enviada a Cuba para analizarse en un laboratorio aprobado por el Comité Olímpico Internacional (COI) y la Agencia Mundial Antidopaje (WADA). De ahí el tardío conocimiento de los resultados. Según ha trascendido, la propia Federación Mexicana de Futbol se encargó de notificar a Chivas desde el jueves de la semana pasada.
Así, el Club Deportivo Guadalajara determinó que Víctor Guzmán ya no entrenara con el equipo el viernes. Tampoco se concentró con el plantel, ni estuvo presente en el debut de Chivas, el sábado pasado ante FC Juárez (2-0 en el Estadio Akron). El “Pocho” vio el encuentro desde un palco, luego de que por la mañana había entrenado por su cuenta en la Barranca de Huentitán, sin ropa del equipo.
GUZMÁN REGRESARÍA A PACHUCA
Hasta el momento, las directivas no se han pronunciado al respecto, pero ha trascendido que la postura de Chivas será el cancelar la millonaria operación, pues el dopaje ocurrió jugando con Pachuca y en caso de que el acudir a la FIFA o a la WADA no ayude al futbolista, estaría expuesto a un castigo que puede ir desde los seis meses hasta los dos años de inhabilitación.
El mediocampista mexicano arribó a la CDMX con la intención de ir a las oficinas de la Federación Mexicana de Fútbol y encontrar una solución a la problemática que enfrenta, con la posibilidad de ser suspendido y alejado de las canchas por un largo periodo de tiempo.
Ninguna de las partes involucrados ha entregado una declaración oficial para aclarar la situación que afronta la Liga MX.
Por Redacción / Sin Embargo