Conrado Roche Reyes
En el deporte mexicano existen situaciones tan absurdas en todos los aspectos. En el oficial la corrupción está a la orden del día. Suceden cosas que nos ponen muy mal parados ante el concierto de las naciones.
Por ejemplo hablaré primero del deporte más popular de México, la religión meta oficial del país: el fútbol.
Es vox populi que entre los directores técnicos (no sé porque el nombrecito ya que en todos los demás deportes se les llama entrenador, mánager, etc.) de los equipos, para que ciertos jugadores tengan acción en la cancha (“minutos” le llaman ellos).
Estos jugadores se tienen que “poner”, es decir , dar cierta cantidad a su jefe porque eso viene siendo el DT en el juego más enajenante del mundo, el único en el cual los aficionados, hoy llamados “hinchas”, las porras, hoy llamadas “barras” la emprenden en contra de sus rivales causando verdaderas tragedias).
En el deporte olímpico, en natación y gimnasia femenil, que son la punta del iceberg, se han dado casos de que el presidente o entrenador de las asociaciones, hayan excluido a las muchachas que a pesar de tener todos los méritos necesarios, no hayan aceptado el acoso o de plano, las proposiciones de tipo sexual de estos tipejos.
Fue de risa el ridículo que hizo la delegación mexicana en los últimos juegos olímpicos al incluir el mandamás de aquel entonces de aquellos, al incluir con todo y uniforme en el desfile del día de inauguración, a su novia. ¡Qué aberración! A estos eventos, todos los jefes, jefecitos y jefazos llevan a sus esposas y familia, queridas, novias, los que batean a la zurda, a sus queridos, todo a costa del erario público, es decir del dinero de usted y mío.
Ahora sucede lo inaudito: la mejor jugadora de fútbol en la historia de México, Charlyn Coral, campeona goleadora en la liga de España, que ha jugado la Champions en Europa y que milita en el Atlético de Madrid, no fue convocada para la selección preolímpica a efectuarse en Estados Unidos. Esto ya le había sucedido a la enorme jugadora antes, fue excluida de un Mundial anterior.
Al día de hoy la más sorprendida es la propia Charlyn y como antes hizo alzó la voz.
“Parece que la historia se repite cuatro años después y prefiero ser muy clara y directa para evitar versiones falsas” Ella está al 100% de sus capacidades y el Atlético de Madrid ya le había concedido el permiso.
“Me encontraba muy motivada para enfrentar el olímpico con mis compañeras. ¿Duele? Claro. Siempre he trabajado para poner el nombre de México en alto y lastiman las formas. Otra vez”.
El DT de la selección la hizo a un lado y ella, valiente como ni los varones futboleros, chuta pelotas. Dijo que no le agradó la decisión y agrego: “Si jugar en uno de los clubes más importantes a nivel mundial y llevar 94 goles en Europa no es suficiente para que nos respeten, me queda claro una cosa: nos falta mucho como País para apoyar a todas las deportistas mexicanas como se merecen”.
A sus compañeras elegidas les deseó suerte. Ella dice no conocer las razones, sin embargo, percibimos que desde su primera exclusión del Tri femenil cuando era DT Leonardo Cuéllar, un hombre que vivió y muy bien durante muchos años del fútbol femenil y que como futbolista quedó en el mundial de Argentina con otra runfla de maletas como el en último lugar, fue criticado por Charlyn Corral, lo que selló su fatal destino.
Cuéllar, durante los largos años como seleccionador, jamás la convocó. Ahora que ya no es el director técnico, la persona que le sucedió en el cargo, de inmediato desechó a la mejor futbolista mexicana.
Y ¿saben ustedes quien es el nuevo DT? Jonathan Cuéllar, que como en las monarquías heredó el puesto de su padre, Leonardo I con la consigna de excluir a Corral de la selección femenil. Esto es ya una persecución perruna.
Y los comunicadores deportivos se han hecho de la vista gorda solamente tocando el tema de pasadita. En España y el mundo del fútbol, causó estupefacción el que esta jugadora no esté en el representativo de México. Una verdadera y gran vergüenza.