Conrado Roche Reyes
Hace casi tres décadas, cuando pasaban por determinado sector del Metro de la Ciudad de México, un conocido cronista de ajedrez a nivel nacional comentó a un amigo mío, yucateco y también impulsor del juego ciencia, que en aquellos momentos se estaba disputando en ese lugar un torneo de ajedrez entre ciegos.
El periodista peninsular, ex campeón estatal en la materia, quiso bajarse para presenciar el peculiar evento, pero su interlocutor argumentó que era una competencia “intrascendente”.
Incrédulo, el yucateco, Jorge Alberto Balam Díaz, le preguntó si no pensaba cubrir el acontecimiento, a lo que el capitalino respondió que eso no tenía mucho qué ver con la competitividad real.
Nuestro ex monarca refutó a su colega y le enfatizó que si ese encuentro tuviera lugar en Yucatán, la prensa le hubiera dado revuelo antes, durante y después de su realización.
El enfoque social que desde hace décadas se le ha dado a la milenaria disciplina en el Estado, es una de las claves de su desarrollo. Y es que aquí, como expuso en ese momento el boxito, se realizan torneos para mamás, para gente con capacidades especiales, para la tercera edad y las escuelas. Y eso, sin descuidar el apoyo a los talentos infantiles y juveniles. Todo ello ha impulsado, como en ningún otro lugar de México, el avance integral del ajedrez.
El ajedrez tiene amplia aceptación en el sector femenil de la tercera edad, como se pone de manifiesto en diversas sedes. Los torneos femeniles son frecuentes en la cuna de Carlos Torre Repetto, donde las autoridades de todo nivel están conscientes de lo benéfico de practicar esa actividad cerebral.
Otro factor que mucho influye para que Yucatán esté a la vanguardia del ajedrez en México es la descentralización. El culto a Caissa, la musa de ese juego, no sólo se practica en la capital Mérida, sino en la mayor parte de la Entidad. En diversos municipios del Estado se realizan nutridas competencias infantiles, canteras de los futuros campeones.
Las exhibiciones de partidas simultáneas son parte inherente del impulso que recibe el juego en todos los rincones de la Entidad. De hecho, no hay figura infantil o de la vieja guardia que no haya ofrecido alguna de esas sesiones, siempre espectaculares.
Hasta los super héroes aportan su granito de arena en la promoción del juego-ciencia. Lo hacen como protagonistas de llamativos juegos de ajedrez de colección, que en forma abundante se exhiben en sitios como la “Casa del Ajedrez” (calle 62 x 63), contra esquina del zócalo de Mérida, que es incluso una atracción del turismo nacional e internacional.