Esta semana regresa a los entrenamientos presenciales el equipo de la Academia Tigrillos, iniciando con la categoría sub 13 que participa en la Liga Nacional Juvenil, bajo las órdenes del profesor Darío Jiménez Izquierdo.
El lugar sede de los entrenamientos es el campo “La charca”, espacio ya certificado por la Cojudeq y la COFEPRIS para la reanudación de actividades, en donde se pueden aplicar los protocolos sanitarios con todas las medidas solicitadas por las autoridades de salud del estado.
En el lugar se colocaron carteles preventivos, tapete sanitizante en la entrada ubicada sobre la avenida San Salvador, aplicación de gel al ingreso al campo, uso de cubrebocas mientras no se realizan actividades. La salida se ubicó sobre la calle 4 de marzo, respetando la sana distancia al ingresar, a la hora de las actividades y al momento de la salida.
El profesor Darío Jiménez comenzó trabajando en tres sesiones, desde las 4 de la tarde, con el primer grupo que fue de 10 alumnos. El segundo grupo ingreso a las 5:20 de la tarde con un grupo 7 asistentes y, el tercer grupo inicio a las 6:30 de la tarde con trabajo para 5 futbolistas.
Cabe mencionar que se permite entrenar con 8 jugadores en cada mitad del terreno de juego, para un total de 16 usuarios por sesión, por lo que se espera que en los próximos días se integren un mayor número de jugadores con el fin de mantener al mismo nivel a todos los jugadores de esta escuela formativa.
Las actividades que comenzaron a aplicarse son ejercicios para mejorar el aspecto físico después de 6 meses de inactividad, lo que permitió mantener una distancia de más de 2 metros entre cada uno de los futbolistas, continuando con esta dinámica durante los siguientes días de esta semana.
Los jóvenes futbolistas se mostraron contentos y tranquilos al regresar a las actividades deportivas presenciales, respetando en todo momento los protocolos implementados por la Academia Tigrillos, mientras que los padres de familia dieron la confianza al entrenador Darío Jiménez en este regreso a los entrenamientos.
Por Angel Abraham Ramón González