La permanencia de los Tigres de Quintana Roo por una temporada más en Cancún se gestó con el acuerdo entre la Liga Mexicana de Béisbol que actuó como mediadora, el club y los gobiernos municipal y estatal, que es el soporte económico más grande del equipo desde su arribo al Caribe mexicano en 2007.
Y es que actualmente el gobierno de Quintana Roo aporta alrededor de 23 millones de pesos anuales para la operación del equipo en Cancún, aunque en 2017 la administración del gobernador Carlos Joaquín entregó recursos por más de 34 millones de pesos al club de bengala, de acuerdo con una solicitud de información a Transparencia con folio 00914218.
En ese año cuando la presente administración renegoció el apoyo con Carlos Peralta, expropietario de la franquicia de Tigres, se redujo a 23 millones, señaló un exdirectivo de la organización.
En su momento, autoridades del deporte estatal confirmaron a los medios de comunicación que para la Temporada 2017 los Tigres sólo recibirían esos 23 millones de pesos sujetos a comprobación.
La fuente pidió que no se revelara su identidad, pero señaló que en ese entonces existió una incongruencia puesto que ese mismo año tras concretarse la compraventa de la franquicia con la sociedad conformada por Carlos Orvañanos Rea (33 por ciento de acciones), la empresa Fixin México del ahora diputado José Luis Guillén (33%) y el emblemático beisbolista Fernando Valenzuela Anguamea (34%), el estado entregó 34 millones 800 mil pesos al equipo.
Esos recursos salieron en diez cheques distintos en fechas diferentes, a partir de abril de ese mismo año, con montos que van de los 2 a los 5 millones de pesos. El último fue de diciembre 2017 de 2,800,000.00.
La sociedad con razón social CBTQROO S.A.P.I.S.A de C.V recibió de la presente administración estatal, ese recurso que salió de la partida de ayudas sociales a instituciones sin fines de lucro, a través de la Comisión para la Juventud y el Deporte de Quintana Roo, según la respuesta entregada por Transparencia.
El exdirectivo mencionó que la intensión del Club Tigres de Quintana Roo de salir de Cancún es una burla para la afición pues fue más un “berrinche” de la familia Valenzuela Burgos, socios mayoritarios de la franquicia porque al no haber temporada este 2020, según, el gobierno estatal tampoco aportó los recursos acordados.
Entonces, mencionó, la directiva del equipo se quedó sin ese recurso con el que bien podría pagar los derechos en la Liga Mexicana de Beisbol, mantenimiento del estadio “Beto Ávila” y la nómina.
En los años que lleva la actual administración, el gobierno del estado ha entregado más de 80 millones de pesos al equipo que para esta temporada manifestó a través de una carta enviada a la Liga Mexicana de Beisbol a finales de septiembre la intensión de abandonar la ciudad para buscar una sede en el norte del país.
Sin embargo, la directiva del equipo, hace unas semanas, tuvo que recular y confirmar a través de un comunicado oficial que el Club Tigres de Quintana Roo permanecerá en Cancún para la Temporada 2021.
Esta decisión fue revelada después de la asamblea de presidentes de la LMB encabezada por Horacio De la Vega, luego de llegar a un acuerdo con el gobierno del estado de Quintana Roo y Benito Juárez, propietario del estadio Beto Ávila, que necesita renovarse a fondo para no quedarse atrás
El inmueble de la avenida Mayapan ha sufrido afectaciones tras el embate de los dos últimos huracanes con la caída de la pizarra, la estructura de publicidad, el desgarre de la lona del muro de contención entre otros daños.
Aunado a ello, la falta de mantenimiento general que se puede observar en el desgaste en las butacas, la fachada con poco o nada de mantenimiento, las banderas que adornan a la mitad, entre otros detalles.
Tras concretarse la permanencia del equipo en esta ciudad, el vocero del club mencionó que por ahora los directivos están concentrados en preparar la participación del club para la próxima temporada.
Refirió que la directiva comenzó a planear la próxima campaña desde que se dio por cancelada la temporada de este año debido al coronavirus.
Por Martín Chi