Por Sergio Orozco
Aunque nunca pudo jugar a nivel profesional, Liduvina Magallanes Ferrera disputa el partido más difícil de su vida, al enfrentar al “cáncer”, con quien actualmente sigue librando una fuerte batalla, lo que la ha convertido en un gran ejemplo para las demás mujeres que padecen esta enfermedad, la cual se le diagnosticó meses antes de que asistiera a un Campeonato Nacional de Basquetbol que se celebró en Chihuahua, donde estuvo presente, a pesar de que muchas personas le dijeron que en su condición no lo podía hacer, por lo que ella les demostró que si era posible combatir este mal y seguir jugando al mismo tiempo.
Dijo que ella se inició como jugadora de basquetbol cuando cursaba la secundaria, tras haber practicado el atletismo, el cual dejó después de enamorarse del deporte ráfaga, donde tuvo una que otra oportunidad de destacar, a pesar de que en aquel entonces no había el auge que hay ahora sobre este y otros deportes en la rama femenil.
Explicó que otro inconveniente fue su estatura, ya que por lo general escogían a las jugadoras más altas, otra limitante que tuvo para poder jugar a nivel profesional, aunque mencionó que desechó una que otra invitación, principalmente porque no le convenía a sus intereses.
Pese a esto Liduvina siempre ha jugado basquetbol, a pesar de que el apoyo hacia esta disciplina en la rama femenil ha sido menor en comparación con la de los varones, a pesar de que son más mujeres las que practican este deporte, aunque poco a poco se ha ido revirtiendo esta situación, luego de que Quintana Roo ha destacado en esta especialidad de lado de las mujeres.
En cuanto su enfermedad, Liduvina comentó con voz entrecortada lo siguiente; “Fue algo muy fuerte el enterarme. Yo tenía en esos momentos un compromiso importante, a un nacional en Chihuahua. Y aunque me decían pues que no se podía, y que no lo iba hacer. Una cosa es que digan que no se puede y otra cosa que se intente y se pueda. Realmente lo hice, gracias a Dios nos fue muy bien. Y he seguido participando aún con mi tratamiento”.
“No es una gripa, trato de llevarla como tal, con lo que conlleva cada fase de tratamiento. Todos pensamos que nos les pasa a todos, pero no. Primero cirugía, quimio, radio, y ahorita el tratamiento hormonal, seguimos en eso, pero no dejo el deporte, ya que es un terapia, y aparte pues es una enfermedad que en cualquier momento se desarrolla en alguien. No es pensar el porqué, sino el para qué. Seguir adelante. Se puede, si se puede. Mucha fuerza de voluntad. Mucha fuerza en la mente, y pensar que lo que estabas haciendo antes, porqué no lo puedes seguir haciendo ahora. Cada día que juego un partido es como un día más de vida”, puntualizó esta guerrera de basquetbol.
Al final dijo que su actitud ante la vida ha sido muy motivante para mucha gente, tanto para mujeres que padecen esta enfermedad, como para personas que no, a lo que agregó; “Ha sido un ejemplo para muchas mujeres, las cuales hoy en día me hablan, me preguntan de cómo puedo, lo cual me da gusto, porque de alguna manera es como un mensaje para algunas personas que son un poquito más débiles, menos fuerte en este tipo de cosas”.