Quizás el nombre Clovis Acosta Fernandes no resulte familiar; sin embargo, en Brasil fue un seguidor de futbol, pero un simpatizante diferente, de los que cada cuatro años seguía a la Selección de su país en las disputas mundialistas.
Gaúcho da Copa, como era conocido, acompañó a la Verde-amarela en siete Copas del Mundo, la última fue en su país, Brasil, donde tuvo que pasarse a secas la histórica goleada de 7-1 que le propinó Alemania en semifinales.
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Durante ese silencio en el estadio Mineirão, el 8 de julio del 2014, las cámaras apuntaron hacia el rostro de un desamparado señor, quien con lágrimas en los ojos recostó su cabeza hacia la réplica de una Copa del Mundo que sostenía con ambas manos.
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Una imagen de rendición que le dio la vuelta al mundo y que después de 8 años, se sabe que aquel hincha era Clovis Acosta Fernandes, un padre futbolero que le transmitió a sus hijos el amor por la vía de la pelota, de la camiseta Canarinha.
El famoso personaje que cruzó fronteras para alimentar su alma con más alegrías que tristezas con Brasil, falleció en el 2015 por cáncer a los 60 años de edad.
Las buenas enseñanzas y costumbres fue la mejor herencia que le pudo obsequiar a sus hijos, Frank y Gustavo Damasceno, quienes ahora siguen los pasos de su padre como un bonito recuerdo.
Desde Rusia 2018 se les ve juntos en los distintos inmuebles mundialistas, en compañía del peculiar sombrero de su padre y la Copa del Mundo.
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CC