El nombre de Sergio Pérez ha quedado bordado con letras de oro en la memoria del deporte mexicano, luego de que en la madrugada de ayer, en el Gran Premio de Las Vegas, logró celebrar el subcampeonato del mundo en el tercer escalón del podio.
Hoy nos rendimos a los pies de Checo, el único piloto azteca en la historia que termina la temporada de la Fórmula Uno como el segundo mejor del planeta, solo por detrás de su compañero de equipo Max Verstappen, quien atraviesa el mejor momento de su carrera y que con sus 18 triunfos en el año, podría convertirse en un automovilista de época, así como lo fue el británico Lewis Hamilton y Michael Schumacher.
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La comparativa es fundamental para estimar la proeza que ha hecho el tapatío, tratando de esquivar -en muchas ocasiones- la sombra de un compañero élite. Y es que cuando se concretó su tricampeonato en la sprint del GP de Qatar en octubre, los ojos del planeta apuntaron al mexicano, nuestro glorioso piloto que pasaba por desesperación y tensiones.
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Eso es lo que precisamente le da un valor agregado, porque no fue solo capaz de defender un segundo puesto -que créalo- nadie más se lo merecía; él peleó con la frustración, con la depresión, con la prueba y el error.
A falta de una carrera para que oficialmente termine la temporada, Sergio Pérez ha dejado buenas sensaciones: mostró personalidad y mesura, algo que tanta falta le había hecho. Batalló contra el mismo después de ese trágico suceso en México, cuando intentó tomar la delantera en apenas la primera vuelta del Autódromo Hermanos Rodríguez, pero que tras el toque en una de las llantas de Charles Leclerc, fue enviado a las afueras de la pista; con amargura y decepción tuvo que abandonar la carrera sin antes golpear una y otra vez el volante de su RB19; aquella imborrable reacción fue el reflejo de todo un país.
Ahora, con 273 puntos cosechados, al segundo piloto de Red Bull le toca gozarlo, con el convencimiento de que no habrá -al menos por ahora otro Sergio Michel Pérez Mendoza.
Para Ferrari, que aún tiene esperanzas de superar a Mercedes en el subcampeonato de constructores, Las Vegas fue una nueva oportunidad perdida en un circuito callejero teóricamente favorable.
El monegasco Leclerc, de la escudería italiana, volvió a ser incapaz de defender su quinta pole del año.
Verstappen le arrebató el liderato con una brusca maniobra que desplazó del trazado a Leclerc, valiéndole la sanción de cinco segundos.
El escaso agarre de la fría pista favoreció numerosas colisiones en la primera vuelta como la de Checo, que tuvo que cambiar su alerón.
Verstappen retomó el control en la parte final y, cuando Red Bull acariciaba su primer 1-2 desde septiembre, Leclerc desbancó a Pérez, con una astuta maniobra final.
Aun así, el mexicano cumplió su objetivo de lograr su primer subcampeonato, tras ser cuarto en 2020 y 2021 y tercero el año pasado, y culminar también el primer doblete de la historia de Red Bull en la clasificación general. Por si fuera poco, la escudería austriaca batió el récord de más victorias de un constructor en una sola temporada, con 20.
El neerlandés Max Verstappen conquistó el Gran Premio de Las Vegas al superar en una emocionante carrera nocturna a Charles Leclerc y al mexicano Sergio Pérez.
El tricampeón impuso su ley, sorteando numerosas dificultades como un impacto con George Russell y una sanción de cinco segundos por un agresivo adelantamiento a Leclerc.
Nada parece suficiente para frenar al tricampeón Mad Max, que amplió su récord de victorias en una temporada a 18 (de las 21 ya celebradas), incluidas las tres en Estados Unidos, y que además llegó a 53 victorias en su carrera, igualando la marca del alemán Sebastian Vettel.
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NM