Un acto de violencia empañó el encuentro entre Honduras y México en el estadio Francisco Morazán de San Pedro Sula, cuando el técnico de la Selección Mexicana, Javier Aguirre, fue agredido al finalizar el partido tras la derrota 2-0 del Tri.
El incidente ocurrió cuando Aguirre se dirigía hacia los vestidores y se disponía a saludar a su homólogo hondureño, Reinaldo Rueda. Desde las gradas, un proyectil en forma de lata impactó directamente en la cabeza del estratega mexicano, provocándole una herida con sangrado profuso.
A pesar de la agresión, Aguirre mantuvo la compostura y completó el saludo protocolario con Rueda, quien al percatarse de la lesión intentó brindarle apoyo inmediato. El técnico mexicano procedió a señalar el incidente ante las autoridades de Concacaf presentes en el estadio, lo que podría derivar en sanciones para la Federación Hondureña de Fútbol.
El Vasco requirió atención médica inmediata para detener el sangrado, en un episodio que oscurece el triunfo deportivo hondureño y pone nuevamente sobre la mesa el tema de la seguridad en los estadios de la Concacaf.
AG