El futbolista Edoardo Bove, hospitalizado desde hace una semana en el Hospital Universitario Careggi de Florencia, podría verse obligado a abandonar la Serie A si decide someterse a la instalación de un desfibrilador, según informa La Gazzetta dello Sport. El jugador de 22 años se desplomó durante el partido entre Fiorentina e Inter de Milán debido a problemas cardiacos.
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Los médicos recomiendan la instalación del dispositivo como medida de protección, considerando sus antecedentes de miocarditis tras contraer COVID-19 en 2020. Sin embargo, el reglamento del fútbol italiano prohíbe la participación de jugadores con desfibriladores, situación similar a la que enfrentó Christian Eriksen, quien tuvo que dejar el Inter de Milán para continuar su carrera en la Premier League.
Bove, quien ya salió de terapia intensiva, enfrenta una decisión crucial que determinará el futuro de su carrera deportiva. La cirugía para implantar el desfibrilador podría realizarse en los próximos días, lo que le permitiría mantener una vida normal y continuar jugando, aunque tendría que buscar oportunidades fuera de Italia.
El caso recuerda al de Eriksen, quien tras su episodio cardíaco en la Eurocopa 2021 continuó su carrera en Inglaterra con el Manchester United, demostrando que es posible mantener una carrera profesional con el dispositivo en otras ligas.
AG