En la emocionante pero implacable pista del circuito Albert Park de Melbourne, los pilotos enfrentan el reto de navegar por sus estrechos confines, donde cada curva pone a prueba su habilidad y precisión.
Alexander Albon, durante la primera sesión de entrenamientos libres del Gran Premio de Australia 2024, experimentó las duras consecuencias de este exigente circuito.
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El incidente se produjo cuando Albon, al tomar la curva 7, pisó el bordillo y perdió el control de su Williams, impactando violentamente contra el muro.
El coche quedó inmovilizado en la pista, justo después de la curva 8, marcando un abrupto alto en la sesión debido a la aparición de la bandera roja.
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Por fortuna, Albon comunicó vía radio que estaba ileso y logró abandonar el vehículo sin asistencia, aunque siguiendo el protocolo de seguridad, fue trasladado al coche médico para un examen más detallado.
La caída de escombros en la pista y la necesidad de retirar el monoplaza dañado obligaron a una pausa en la sesión, mientras los oficiales trabajaban diligentemente para limpiar la pista y asegurar las condiciones seguras para el resto de los pilotos.
La práctica pudo reanudarse con tan solo nueve minutos restantes en el reloj.
Al final de la sesión, a pesar del accidente, Albon logró clasificar en la 11ª posición. La práctica fue dominada por Lando Norris de McLaren, con Max Verstappen de Red Bull y Charles Leclerc de Ferrari completando los primeros tres lugares.
Desafío para Williams en el GP de Australia
El equipo Williams ahora se enfrenta a un dilema significativo para el resto del Gran Premio.
El daño en el coche de Albon es tal que se descarta su reparación a tiempo para la carrera, planteando la difícil decisión de elegir entre Albon y Logan Sargent para pilotar el único vehículo disponible para el evento principal.
Este no es el primer incidente de Albon en Melbourne, recordando que el año anterior también protagonizó una situación que llevó a la interrupción del Gran Premio debido a un accidente en la misma curva.
La repetición de estos eventos subraya los desafíos únicos que presenta el circuito de Albert Park, poniendo a prueba incluso a los pilotos más experimentados en el apogeo de la Fórmula 1.
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