
El encuentro entre Querétaro y Puebla correspondiente a la jornada dominical de la Liga MX se vio empañado por un dramático incidente médico cuando el delantero poblano Emiliano Gómez sufrió una convulsión en pleno terreno de juego.
Los hechos ocurrieron durante la segunda mitad del partido, después de un fuerte impacto que dejó al atacante tendido sobre el césped en condiciones que generaron inmediata preocupación entre todos los presentes en el estadio.
La gravedad de la situación quedó evidenciada por la reacción instantánea de los jugadores de ambos equipos, quienes dejando de lado la rivalidad deportiva, formaron un círculo protector alrededor del futbolista caído mientras solicitaban con urgencia la intervención del cuerpo médico.
Las imágenes televisivas mostraron el semblante de consternación en los rostros de compañeros, rivales y aficionados, quienes guardaron un silencio respetuoso mientras los especialistas atendían a Gómez en medio del campo. Este tipo de respuesta colectiva refleja los valores de solidaridad y humanidad que prevalecen en el deporte cuando la integridad física de un jugador está en riesgo.
Los equipos médicos de ambos clubes respondieron con celeridad profesional ante la emergencia, proporcionando los primeros auxilios cruciales en estos casos. Tras unos minutos de tensión e incertidumbre, Gómez fue estabilizado y posteriormente evacuado del terreno de juego en el carrito de asistencias médicas.
De acuerdo con la información proporcionada por la transmisión oficial de TUDN, el jugador abandonó el campo en estado consciente, lo que representa una señal positiva dentro de la gravedad del cuadro clínico que presentó.
Las autoridades del club tomaron la decisión inmediata de trasladarlo a un centro hospitalario cercano para realizar evaluaciones más exhaustivas y descartar cualquier complicación derivada del episodio convulsivo.