
Santiago Giménez vivió uno de esos momentos agridulces que el futbol moderno, con su tecnología implacable, suele ofrecer a los delanteros. El atacante mexicano del AC Milan celebró lo que parecía ser un nuevo tanto con la camiseta rossonera durante el encuentro contra el Lecce, solo para ver cómo el VAR transformaba su júbilo en frustración al detectar una posición adelantada por escasos centímetros.

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La jugada, que parecía perfectamente ejecutada por los milanistas, quedó finalmente invalidada tras la intervención tecnológica, reafirmando la delgada línea que existe entre el éxito y la decepción en el fútbol de élite actual.
LA JUGADA: PRECISIÓN Y VELOCIDAD FRUSTRADAS
El movimiento ofensivo del Milan comenzó con una brillante intervención del estadounidense Christian Pulisic, quien encontró un espacio para filtrar un pase preciso hacia Theo Hernández por el carril izquierdo. El lateral francés, conocido por su capacidad para sumarse al ataque con peligrosidad, recibió el balón a velocidad y sin dudarlo envió un centro raso hacia el área.
Ahí, apareciendo con el instinto que caracteriza a los grandes definidores, Santiago Giménez se desmarcó de su defensor para conectar con el esférico y empujarlo a las redes con un toque sutil pero efectivo. El mexicano corrió a celebrar lo que habría sido un importante tanto para su equipo y para su confianza personal, pero la alegría duraría poco.
EL VAR: JUEZ IMPLACABLE
Como es habitual en el fútbol contemporáneo, la revisión del Video Assistant Referee (VAR) no tardó en activarse para analizar la posición del delantero mexicano al momento del pase de Hernández. Tras unos momentos de tensión, el veredicto fue claro: fuera de juego.
Las imágenes posteriormente mostradas por la transmisión oficial confirmaron la decisión arbitral. Un análisis frame por frame reveló que Giménez se encontraba ligeramente adelantado respecto al último defensor del Lecce cuando Theo realizó el centro, por lo que, según el reglamento actual, no existió margen para la polémica.
AG