Porta dos Fundos, uno de los grupos humorísticos más populares de Brasil y que comenzó ofreciendo sus sátiras en internet, cuenta con 16.2 millones de seguidores en su canal de Youtube y con un premio Emmy Internacional precisamente por su especial de Navidad del año pasado, igualmente polémico.
Río de Janeiro, 20 dic (EFE).- Una comisión de la Cámara de Diputados de Brasil decidió convocar a los representantes de Netflix en el país para que ofrezcan explicaciones sobre una polémica producción lanzada este mes en la plataforma y en la que Jesucristo es presentado como un homosexual .
El especial Especial de Navidad de Porta dos Fundos 2019 (A primeira tentação de Cristo) , producida por el popular grupo de humor “Porta dos Fundos” y disponible para cualquier suscriptor de la plataforma, ha generado una intensa polémica en Brasil, encendida especialmente por líderes evangélicos que exigen que su exhibición sea prohibida.
Incluso una petición disponible en la plataforma change.org, que hasta la mañana de este miércoles había recibido 2.1 millones de firmas, exige que el especial de Navidad sea retirado del catálogo de Netflix y que el grupo “Porta dos fundos” sea responsabilizado penalmente por el crimen de vilipendio a la fe.
https://youtu.be/XP9lX27D4Vo
“También exigimos una retractación pública porque la película ofende gravemente a los cristianos”, agrega la petición inscrita en la plataforma de recolección de firmas.
En medio de la polémica, la Comisión de Ciencia y Tecnología, Comunicación e Informática de la Cámara de Diputados aprobó en la noche del martes un requerimiento que obliga a los representantes de Netflix a comparecer a una audiencia pública para explicar la inclusión de la polémica película en su catálogo.
El requerimiento, presentado por parlamentarios vinculados a grupos evangélicos como los diputados Cezinha de Madureira, Julio Cesar Ribeiro y Roberto Alves, fue aprobado por la mayoría de los miembros de la comisión pese a protestas de legisladores de partidos progresistas, como la ex alcaldesa de Sao Paulo Luiza Erundina y la socialista Samia Bomfim.
La comisión, sin embargo, no fijó la fecha para la audiencia en momentos en que el Congreso se prepara para iniciar el receso legislativo de fin de año, por lo que la comparecencia tendrá que esperar por varias semanas.
El especial de Porta dos Fundos, un grupo que ya había protagonizado polémicas por otros abordajes satíricos sobre asuntos religiosos, relata en su producción de 46 minutos las peripecias de Jesús para presentarle a la “Sagrada Familia” a su novio homosexual.
Imágenes difundidas por grupos cristianos. Foto: Teologia da Deslibertação, Facebook
En la sátira, una producción especial que debutó el 3 de diciembre en Netflix, Jesucristo, de 30 años, vuelve a casa para pasar la Navidad junto a un invitado sorpresa, su amigo Orlando.
La producción desató la ira incluso del diputado Eduardo Bolsonaro, el hijo del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y que calificó la película como “basura” y a sus creadores como “personas que no representan a la sociedad brasileña”.
“Somos a favor de la libertad de expresión, pero ¿vale la pena atacar la fe del 86 por ciento de la población?”, se preguntó el diputado en un mensaje en Twitter.
Desde la llegada a la Presidencia el 1 de enero pasado del líder ultraderechista, Brasil, el país con mayor número de católicos en el mundo, ha registrado un aumento de los ataque homofóbicos.
Bolsonaro, cuyas declaraciones homofóbicas, racistas y machistas generaron gran polémica en las elecciones presidenciales del año pasado, suspendió a comienzos de año la financiación del Estado a películas con contenido LGBT.
Porta dos Fundos, uno de los grupos humorísticos más populares de Brasil y que comenzó ofreciendo sus sátiras en internet, cuenta con 16.2 millones de seguidores en su canal de Youtube y con un premio Emmy Internacional precisamente por su especial de Navidad del año pasado, igualmente polémico.
Gregorio Duvivier, el humorista que interpreta a Jesucristo en la polémica comedia, admitió en declaraciones al diario Folha de Sao Paulo que el contenido “puede resultar ofensivo”, pero aclaró que la ofensa “es un criterio totalmente subjetivo. Contrariamente a la calumnia, el Estado no tiene derecho de arbitrar sobre qué es ofensivo, porque eso no existe”.