En su regreso al Auditorio Nacional, el cantante español Pablo Alborán derrochó romance y talento ante 10 mil admiradores, como parte del cierre de su gira Prometo.
Durante dos horas, el intérprete elevó el ánimo de su séquito, que coreó al unísono la mayoría de su repertorio junto a su ídolo, quien vistió con una playera y pantalón en color negro.
“Buenas noches familia, esto es un regalo, gracias de corazón por hacerlo posible, gracias por ser mi segunda casa y por tratarme así”, saludó el anfitrión en su primera interacción con el público.
Acompañado por algunos instrumentistas, el músico conquistó la noche de la primera fecha en el Coloso de Reforma, en el que mostró carisma y emoción por pisar de nuevo tierras mexicanas.
Muchos fueron los temas románticos que incluyó el “show” en los que mostró su fuerza vocal y en los que esporádicamente bailaba; sin embargo fue al entonar Lo nuestro cuando varios asistentes se pusieron de pie.
“El venir aquí cada año es, no sólo un regalo para la carrera para cualquier artista, pero en mi caso, les aseguro que son años de vida, porque encontrarme con vosotros es energía pura, es un cariño sano, muy bonito, mi club de fans aquí en México es inigualable”, expresó.
Reiteró el agradecimiento de corazón por hacer posible volver y por cada mensaje que le mandan en las redes sociales, así como por cada carta, cada regalo, pues, dijo, por más simple que pudieran parecer estos detalles, es un mundo, “gracias por hacerlo posible”.
En el último bloque, Pablo Alborán tocó el piano mientras cantaba Solamente tú, Prometo, y finalmente, la euforia se elevó con Éxtasis y Vívela, que fue ovacionada por la gente. CIUDAD DE MÉXICO (NTX)