Desafiando los estereotipos, una modelo mexicana sin brazos está preparándose arduamente para competir en un certamen de belleza estatal y servir de ejemplo para otras personas que enfrentan los retos de vivir con discapacidad.
Todos los días, Ana Gabriela Molina se levanta muy temprano y acude al estilista para que la maquillen y la peinen. Luego, la egresada en psicología, asiste a clases de modelaje y música como parte de su entrenamiento integral, que incluye ejercicios físicos.
“Yo voy a pasar las mismas pruebas que todas (las concursantes), yo voy a pasar todas, por eso me estoy preparando en todos los ámbitos”, dijo la joven de 24 años que nació sin sus extremidades superiores.
Su discapacidad no le ha impedido hacer actividades que para la mayoría son cotidianas como comer sola, manejar con destreza su móvil y escribir con sus pies, perfectamente arreglados y con las uñas pintadas.
“Yo me siento como cualquier otra persona normal porque he vivido mi vida así. Entonces, para mí mi discapacidad no es un límite, al contrario”, explicó Molina, quien da charlas de superación personal y, ocasionalmente, trabaja como maniquí viviente de una tienda de ropa.
Gaby, como le dicen de cariño, dijo que el proceso de aceptación de su condición ha sido difícil y que muchas veces se cuestionó por qué le había tocado vivir así.
“Pero sí se puede. He logrado superar todo lo que me ha pasado en toda mi vida y ahí sigo”, agregó la futura concursante quien, de ganar el certamen en marzo, podría ir a la disputa de Miss México. COATZACOALCOS, México (REUTERS)