“Es una de las cosas más conmovedoras que se han quedado conmigo. El deseo de esa libertad, para poder ser responsable con mis hijos”, dijo Affleck.
Tras varios años turbulentos, Affleck, de 47 años, está tratando de recuperar su vida y reordenar su carrera. En su nueva película, The Way Back , ambas misiones convergen poderosamente. Interpreta a un ex astro del baloncesto escolar que regresa para entrenar al equipo de su secundaria en la película de Gavin O’Connor que se estrena el 6 de marzo. La cinta tiene similitudes obvias con la vida de Affleck. Trata sobre un hombre que lucha con el alcoholismo, el divorcio y la desilusión de la mediana edad. También trata sobre el duro camino para la recuperación, un camino que Affleck ha emprendido con algunos tropiezos los últimos tres años.
“No sé todas las respuestas, solo soy experto en mis propias caídas. Pero interesantemente, mientras más experto te vuelves en tus caídas, es menos probable que las repitas, me he dado cuenta. Así es como mi vida ha mejorado. Tengo una mejor relación con mis hijos ahora que hace tres años y tengo una mejor relación con mi exesposa, creo, que hace tres años. Creo que soy mejor actor. Creo que soy una persona más interesante porque la mayor parte de mi crecimiento ha venido del dolor”, expresó el actor.
“Te das cuenta de que nunca tienes éxito y todos tus sueños más locos se hacen realidad y dices: ‘¡Tengo que cambiar algo!’ Es cuando te tropiezas con un obstáculo que dices: ‘OK, seamos realmente honestos’”.
Y la honestidad es lo que Affleck practica ahora a un nivel rara vez visto en Hollywood, por no hablar de alguien cuyos momentos buenos y malos han sido comidilla de los tabloides. En una entrevista esta semana, Affleck fue claro y sincero sobre su batalla por la sobriedad y el origen de su problema con el alcohol.
Se reunió con The Associated Press en una escuela secundaria en Nueva York luego de grabar un especial con Barbara Walters y poco antes de que el New York Times publicara un perfil íntimo sobre él. Ocasionalmente se le quebraba la voz, pero la mayor parte del tiempo habló con seriedad y sin rodeos. Parecía recién librado de una carga. Hacer Camino a la libertad , dijo, le ayudó.
“A veces simplemente volver a sentir esto te purga y te libera un poco. Esta película fue difícil de hacer, a veces fue doloroso, y a veces me sentí avergonzado. A veces no podía creer que mi vida tenía similitud alguna con esto”, explicó Affleck.
Cuando el guion de Brad Ingelsby llegó a las manos de Affleck, se titulaba The Has-Been . Al actor le propusieron dirigir. Tras su éxito con la ganadora del Oscar Argo , lo último que dirigió fue el thriller de la era de la Prohibición Live by Night , una ambiciosa película sobre mafiosos que tuvo un resultado modesto en la taquilla. Affleck se sintió inmediatamente conectado con el personaje de Jack Cunningham, un ex atleta estelar cuyo alcoholismo, aislamiento y dolor mejoran tras su regreso a regañadientes al basquetbol.
Si la hacía, le preguntarían sobre los paralelismos con su vida. “Pero honestamente de todas formas me preguntan sobre ese tema”, dijo Affleck encogiéndose de hombros.
“Desafortunadamente, había vivido realmente esa vida y hecho la investigación. Era un experto de una manera perversa porque sabía cómo se sentía estar en la esclavitud de una compulsión que no era buena para mí”, indicó Affleck.
“Sabía lo desamparado que se puede sentir eso, y lo enormemente frustrante que es, pero también sabía algo muy importante que es que la gente puede mejorar. Uno puede salir adelante”.
Affleck llamó a O’Connor para dirigir. Ambos habían colaborado previamente en el thriller de 2016 El contador , y O’Connor (Warrior, Miracle) ha demostrado su gusto por abordar temas más grandes a través de dramas deportivos. Pero hasta que comenzaron a trabajar en Camino a la libertad , O’Connor desconocía la magnitud del problema de Affleck.
“Una vez que comenzó a preparar la película, fue a rehabilitación. De alguna manera recayó, así que nos estábamos preparando para la película mientras estaba en rehabilitación y pensábamos que todo se iba a echar a perder”, dijo O’Connor. “Pero a pesar de esto quería hacerlo. Cuando salió, estaba increíblemente abierto y vulnerable y creo que un poco perdido solo en cuanto a tener que confrontar los demonios”, añadió.
Affleck dijo que sus problemas con el alcohol empeoraron cuando su matrimonio con Jennifer Garner se estaba desintegrando. Garner y Affleck, quienes tienen tres hijos juntos, se separaron en 2015 y divorciaron en 2018. En esos años Affleck tuvo varios intentos de rehabilitación. En octubre pasado fue capturado en cámara borracho en lo que después admitió que fue “un tropezón”.
“En los momentos en que he recaído, personalmente, no ha sido porque algo malo había pasado. Ha sido cuando pensaba que lo tenía controlado. ¡Estoy curado! ¡He estado bien! Ha sido un año y medio, ¡a quién le importa, puedo tomar una copa de vino! Y lo siguiente es que me ven en TMZ y es un desastre. Eso me ha enseñado que es algo que sencillamente no puedo hacer”, compartió el actor.
Aceptar eso ha sido un camino aleccionador para Affleck. Su historial, reconoce, no ha sido perfecto. “Pero en los últimos tres años 99% de mi vida la he pasado sobrio”, dijo.
“Se necesita tiempo para aprender todo lo que debes aprender. Y también se necesita tiempo para sufrir lo suficiente como para que algo dentro de ti diga ‘No más, me rindo’”, apuntó Affleck.
“Lo que realmente es, personalmente en mí y en lo que he visto en otros que quiero para mí, es una profunda sensación de humildad. No eres más fuerte que aquello a lo que eres adicto. Eso es más fuerte que tú, siempre será más fuerte que tú”.
Todo ese dolor, y más, entró en Camino a la libertad . Para una escena en la que Jack le pide perdón a su esposa, O’Connor le dijo a Affleck que simplemente iba a dejar la cámara rodando.
“Probablemente fue en la segunda toma, Ben simplemente se quebró. Se me eriza la piel de pensarlo. Fue como si una represa se hubiera roto y todo saliera de ella”, señaló O’Connor. “Recuerdo al equipo de filmación, todos estaban congelados viéndolo desnudar su alma. Eso obviamente era real. Muchas cosas que probablemente tenía que decirle a su propia esposa, o que quizá le había dicho, no sé”.
La escena quedó en la película, pero O’Connor no mantuvo todo. Era demasiado crudo. “Sería demasiado duro para el público verla, demasiado personal”, dijo O’Connor.
Para Affleck, hacer Camino a la libertad no era solo lidiar con su propio alcoholismo, sino el de su padre, quien dejó de beber cuando el actor tenía 19 años, pero esa experiencia de la infancia siempre afectó la imagen que Affleck tenía de su padre. Affleck se dio cuenta que había llevado esa gran carga desde entonces.
“Él era lo que llamamos un borracho muy bajo. Tuvo que llegar muy muy abajo antes de poder estar sobrio. Desafortunadamente esos fueron años muy formativos para mí. Así que sé lo importante que son esos años ahora para mis hijos. Esos son los años vitales más críticos. Quiero estar ahí para ellos tanto como me sea posible”, concluyó el histrión. NUEVA YORK, EE.UU. (AP)