Era el 19 de noviembre de 1901, iniciaba un nuevo siglo, pero México seguía bajo el mandato del general Porfirio Díaz, en las calles reinaban (aparentemente) el orden y el progreso, mientras que la Revolución Mexicana era todavía algo lejano.
Sin embargo, detrás de los muros de un barrio residencial en la Ciudad de México, decenas de hombres llevaban a cabo una particular fiesta, la cual fue conocida más tarde como “El baile de los 41”.
En la fiesta privada se encontraban 42 hombres, casi todos de familias de abolengo de aquel entonces, quienes se encontraban bailando unos con otros, pero con una peculiaridad, varios de ellos estaban vestidos de mujer.
El hecho de inmediato se volvió un escándalo en la sociedad de aquella época, donde la homosexualidad era mal vista en extremo en público, aunque relativamente tolerada en el ámbito privado.
Ríos de tinta se escribieron sobre el suceso, la prensa de aquel tiempo y muchas especulaciones se hicieron, una de ellas, señalaba que uno de los asistentes al baile era ni más ni menos que Ignacio de la Torre y Mier, esposo de Amada Díaz, hija de Porfirio Díaz.
Sin embargo, esto quedó en rumores, pues nunca se pudo comprobar que el yerno del general Díaz estuviera entre los detenidos.
El grabador José Guadalupe Posada hizo eco del “baile de los 41” con una famosa litografía caricaturesca, la cual ha llegado hasta nuestros días y que se convirtió en la representación gráfica más famosa de la polémica fiesta.
De acuerdo con crónicas de la época, varios de estos hombres fueron arrestados y enviados a Quintana Roo, específicamente, a Chetumal, donde se habrían acoplado con el tiempo a las familias de la localidad.
En tiempos recientes, se ha incrementado la apertura en la sociedad mexicana respecto a estos temas, situación que aprovecharon cineastas para retratar la historia del "baile de los 41" en una cinta, la cual llegó a Netflix recientemente.
Síguenos en Google News y recibe la mejor información.
JMCG