Desde hoy y hasta el 31 de mayo, Volverte a ver, el documental que abre el ciclo Rastros y luces: historias contra la desaparición, propuesto por la organización “Ambulante” como parte de los esfuerzos para regresar la atención a la lucha y los reclamos de las víctimas de desaparición forzada, puede verse de manera gratuita en la plataforma en línea Cinépolis KLIC.+
El largometraje acompaña la historia de tres mujeres -Angie, Lina y Edith-, familiares de personas desaparecidas en Morelos.
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Según la sinopsis, “ellas se entrenan como peritos forenses para poder participar en la exhumación de más de 200 cuerpos que la Fiscalía de Morelos enterró en secreto, sin investigar qué les pasó o quiénes eran”.
En entrevista con POR ESTO!, la directora de la película, Carolina Corral, explica: “el documental trata específicamente de las fosas que no son clandestinas, sino del Estado. Por tanto, las familias hablan de una doble desaparición. Dicen que desaparecen por primera vez por causa del crimen organizado, la delincuencia o, bien, por la policía. Pero, en segundo término, la Fiscalía los vuelve a desaparecer al enterrar los cadáveres en fosas comunes sin avisar a los familiares. De no haber sido por las mamás que descubrieron estas dos fosas, no se sabría que la Fiscalía de Morelos había sepultado allí a más de 200 personas fallecidas”.
Sobre el camino que lleva a tres madres a volverse peritos forenses, Corral relata: “ellas empiezan a entrenarse en el momento en que desaparecen sus hijos, cuando se dan cuenta de que las Fiscalías no van a buscarlos o que les darán largas. Una mamá comenzó a prepararse y, conociendo a las demás, van aprendiendo entre ellas mismas y hacen equipo. Angy y Lina se encontraron en la Fiscalía sin querer, cuando la primera, que llevaba unos meses buscando, vio a Lina, quien estaba desesperada y sin saber qué hacer porque las autoridades le dijeron que, seguramente, su hija ‘se había ido con el novio’. Allí, Angy la abraza y comienza un camino de aprendizaje para Lina, quien ahora es una líder de brigadas de búsqueda, una luchadora incansable. En el camino, se van entrenando como peritos, como abogadas, cosas que no deberían de saber ellas, que no tendrían que estar haciendo. Pero, de no ser por ello, las autoridades no buscarían a sus desaparecidos”.
Los Estados que presuman ser los más seguros en México comparten responsabilidad en la problemática del filme, “porque es una realidad. Si hay 80 mil desaparecidos, significa que mínimo hay 80 mil familias mexicanas afectadas por este fenómeno. Estoy segura que conocemos, cuando menos, a una, o nos ha tocado algo cercano a ese tipo de violencias o hemos tenido riesgo de desaparición alrededor nuestro. Es una problemática que tenemos que enfrentar todos. Tenemos que aceptar que eso está pasando en México, y que, sólo presionando como sociedad, juntos, vamos a poder recuperar a todos los desaparecidos y evitar que esto siga pasando”, comenta la también antropóloga visual.
Se espera que la película, “cuando menos, ayude a cumplir las peticiones de las familias morelenses. Desde que se desenterraron todos estos cuerpos, no se ha identificado ninguno. Sólo sacaron los restos y se colocaron en otro panteón, pero nadie ha entregado las pruebas genéticas que permitan comprobar la identidad de esos cuerpos. No lo han hecho ni la Fiscalía General de la República o la de Morelos. Esa es la nueva exigencia de las familias morelenses: que se identifiquen, que nos digan quiénes son para que puedan regresar a casa”, señala la directora, y continúa: “el documental está intentando acompañar este proceso y ser la voz de las mamás, ayudarlas a gritar más fuerte. También estamos apoyando e invitando a que apoyen la nueva Brigada Nacional de Búsqueda, que va a llevarse a cabo en Morelos, el 16 de agosto”.
Más allá “de lo terrible que sucedió, se ve la unión impresionante entre las familias que buscan. Se retrata esa cara poco vista de las familiares siendo fuertes, conviviendo, apapachándose, descubriendo los crímenes que cometió el gobierno”, contrasta la documentalista.
aarl