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11 de Feb de 2022
4 min
Escrito por Redacción Por Esto!
El cuidado de la piel es uno de los más importantes para el ser humano, pero lamentablemente siempre existirán imperfecciones que a muchos no nos gustaran, pero se pueden evitar, como lo son los puntos negros, esto, a base de cuidados y limpiezas en la piel, para disminuir poco a poco a estos.
Los puntos negros son la pesadilla de algunas mujeres y hombres, ya que cada día luchan contra la tentación de pellizcarse el rostro para hacerlos desaparecer. Esos poros obstruidos, que son propios de las pieles mixtas y grasas, no son más que comedones o dilataciones del folículo piloso que se forman por la acumulación de sebo o queratina. Su llamativo color oscuro se debe a la oxidación por el contacto con el aire.
Normalmente, los puntos negros se localizan en la zona T del rostro (mentón, nariz y contorno y frente) y responden a un componente hormonal, sobre todo en lo que a tamaño y desarrollo se refiere. Pero, aunque no podemos evitar totalmente su aparición, sí podemos prevenir hasta cierto punto su proliferación y su incidencia
El primer paso para hacer desaparecer los puntos negros de nuestro cutis es la limpieza diaria. Un ritual que debemos realizar por la mañana (antes de aplicar nuestra hidratante) y por la noche (antes de acostarnos).
Pese a que no hayamos usado maquillaje durante el día, la acumulación de sebo e impurezas en los poros contribuye igualmente a la proliferación de estos puntos negros.
Lo que tenemos que tener claro es que los puntos negros no se deben manipular en general con las manos sin ninguna medida de higiene. Si lo hacemos, no solo no conseguiremos eliminarlos o reducirlos, sino que además correremos el riesgo de infectar la zona y provocar brotes de acné.
Para poder comenzar a cuidarnos el rostro para prevenir puntos negros, debemos limpiar nuestro rostro con agua y un jabón apropiado y respetuoso con nuestro tipo de cutis. Lo ideal es hacerlo con agua fría para estimular la circulación de la zona. Con este paso conseguiremos higienizar la zona para evitar posibles infecciones.
Luego, podemos darnos un baño de vapor que nos permita abrir los poros y desobstruirlos. Para ello calentaremos agua y meteremos un baño o toalla limpia y nos colocaremos encima a una distancia prudencial (unos 30 cm) con una toalla para retener el calor. Lo ideal es permanecer así durante unos 8-10 minutos.
Una vez hayamos conseguido dilatar los poros, conviene realizar una exfoliación con algún producto específico para los poros. Puede resultar más efectivo aplicarlo con ayuda de un cepillo facial, aunque también podemos utilizar las manos. La finalidad de este paso es arrastrar las impurezas acumuladas en la piel, aunque siempre de manera suave y respetuosa con el cutis.
El siguiente paso será la extracción de los puntos negros más superficiales. Es imprescindible tener las manos muy limpias, e incluso es recomendable usar guantes, un par de gasas o de bastoncillos de algodón para presionar cuidadosamente las zonas afectadas. En ningún caso debemos tocar las zonas enrojecidas o que se hayan convertido en granitos. Solo los puntos negros que no se han infectado. Si lo preferimos, podemos recurrir a herramientas como sacacomedones y succionadores de puntos negros para esta tarea.
Para calmar la piel, recurriremos a un lavado con agua fresca y a la posterior aplicación de alguna bruma facial o tónico apropiado. También es posible aprovechar para aplicar una mascarilla para pieles grasas (como las de arcilla verde).
Una vez el cutis esté limpio y calmado (puede que enrojecido), podremos aplicar la hidratante habitual para terminar el proceso. Incluso es un momento apropiado para aplicar algún serum con tratamiento.
También puedes usar productos que te ayudaran a prevenir puntos negros y a tener la piel muy bien cuidada como lo son:
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RM
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