En Hamburgo, un suburbio al oeste de Nueva York, la confiscación de un caimán de 3.3 metros y 340 kilos llamado Albert ha provocado un intenso debate.
El reptil, que ha sido la mascota de Tony Cavallaro durante décadas, fue retirado de una piscina adaptada en su hogar por el Departamento de Conservación Ambiental del estado, tras determinar que el animal sufría de serios problemas de salud, incluyendo ceguera y complicaciones vertebrales.
Cavallaro, cuya licencia para mantener al caimán expiró en 2021, ha enfrentado críticas y apoyo por igual, dado que la legislación de Nueva York prohíbe tener caimanes como mascotas.
A pesar de sus esfuerzos por renovar el permiso, alega que sus solicitudes fueron ignoradas por las autoridades.
Esta situación ha generado una división comunitaria, con algunos vecinos y usuarios de redes sociales defendiendo el derecho de Cavallaro a cuidar de Albert, enfatizando el vínculo afectivo entre ellos y alegando que el caimán no representaba un peligro para la comunidad.
Actualmente, Albert se encuentra bajo el cuidado de un guardián autorizado, en espera de una solución permanente que garantice su bienestar.
Mientras tanto, el futuro legal de Cavallaro sigue siendo incierto, ya que el Departamento de Conservación Ambiental no ha descartado la posibilidad de emprender acciones judiciales.
El caso ha resonado no sólo en Hamburgo sino en toda la región, desatando un debate sobre la tenencia de animales exóticos como mascotas y las responsabilidades que conlleva.
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