Internacional

Las complejidades de una decisión

Pelayo Terry Cuervo

En un autobús de los más populares que circulan por La Habana, una banderola colgada encima del asiento del conductor proclama estar a favor del matrimonio como se concibe hasta hoy.

“Estoy a favor del diseño original. La familia como Dios la creó.

Matrimonio=Hombre+Mujer”, reza la pancarta, que era escudriñada a reojo por las más diversas miradas de quienes abordaban entre apretujones y encontronazos el abarrotado vehículo.

La gente subía y bajaba del ómnibus a como pudieran, y quizá no muchos reparaban en la verdadera significación del cartel, un resumen, en 16 palabras, de cómo se ha comportado el debate de uno de los temas más álgidos propuestos en el proyecto de nueva Constitución de la República de Cuba.

Detrás del enunciado se esconden las profundas contradicciones existentes en la sociedad a partir de lo contenido en el artículo 68 del Proyecto, referido a que el matrimonio puede realizarse entre dos personas, sin importar el sexo.

En la misma jornada, en una esquina del bullicioso Parque Central de La Habana, la peña mañanera que normalmente discute sobre asuntos de deportes, amaneció más activa que de costumbre con uno de los temas del momento, la nueva Constitución y sus diversos matices.

Su contenido está en las calles, y aunque el proceso popular de debate sobre el documento llegó a su fin, se sigue hablando y opinando. Ahora el asunto se hace más complejo, pues han sido tantas las propuestas y opiniones, muchas de ellas diametralmente opuestas, e incluso algunas totalmente irreconciliables, donde las posiciones han sido tajantes de uno y otro lado, que va a resultar en extremo difícil “complacer” todas las solicitudes realizadas.

Pero el ejercicio sirvió, a no dudarlo, para liberar energías acumuladas por años y el debate a camisa quitada en centros de trabajo y comunidades significó, en muchos casos, una válvula de escape ante las complejidades de la vida cotidiana que los ciudadanos enfrentan y confían que tendrá una mejoría luego del debate masivo del proyecto de Constitución y su aprobación definitiva.

El proceso de consulta concluyó el 15 de noviembre, sin embargo no ha cerrado el capítulo de su análisis y estudio, pues como se ha explicado en los diarios Por Esto!, la comisión encargada para la redacción y presentación al Parlamento ha estado examinando las propuestas.

Reunidos durante cinco días, los miembros del equipo, encabezado por el General de Ejército Raúl Castro, primer secretario del Comité Central del Partido, analizaron el comportamiento del proceso y conocieron los resultados de la consulta popular, “donde se destaca la celebración de 133,681 reuniones, con una asistencia de 8 millones 945,521 personas”, según reportes de los medios de prensa cubanos.

Se realizaron un millón 706,872 intervenciones, de ellas 783,174 propuestas, (666,995 modificaciones, 32,149 adiciones, 45,548 eliminaciones y 38,482 dudas) y se conocieron 2,125 propuestas realizadas por los cubanos residentes en el exterior.

La nota hecha pública concluye que “a partir de las valoraciones y sugerencias recibidas de los grupos de trabajo encargados de procesar y analizar estos resultados, la Comisión realizó un detallado análisis y acordó proponer a la Asamblea Nacional del Poder Popular las modificaciones a realizar al proyecto de Constitución de la República”.

Ante el cúmulo de ideas, no parece muy fácil que todo pueda ser recogido e incluido en la futura Carta Magna que los cubanos votarán en referendo en el 2019.

Y aunque ya la discusión alentada por las instituciones terminó, se mantienen en activo algunos puntos complejos, que encuentran resonancia en las redes sociales, fundamentalmente, donde las bromas se entrelazan con profundas reflexiones sobre cualquiera de los 224 capítulos recogidos en el proyecto.

Más allá de la variopinta gama de opiniones, quedó demostrado que los análisis de la nueva Constitución tuvieron un componente participativo trascendente, nacido de la posibilidad de que cada cual pudiera opinar sobre la Ley de leyes, en tiempos de cambio de generación en la dirección del gobierno y con la mirada puesta en quienes, a futuro, llevarán las riendas de los destinos del país.