Como si se tratara de una sola voz, más de dos millones de peregrinos musulmanes pidieron el lunes clemencia ante Dios en el Monte Arafat, cerca de la Meca, en Arabia Saudita
RIAD, Arabia Saudita, 20 de agosto (EFE/AFP).- Más de dos millones de musulmanes se dirigieron hoy al monte Arafat, al este de La Meca, para cumplir con el ritual considerado como el momento culminante del “hach” (peregrinación).
Los fieles, 2.368.873 según las últimas cifras publicadas por la autoridad saudita para las Estadísticas, comenzaron a reunirse desde el amanecer junto al monte Arafat, donde los musulmanes creen que el profeta Mahoma oró y pronunció su último sermón en el año 632, el de despedida, según la tradición.
Allí subieron los peregrinos ataviados con el “ihram”, -un traje de dos piezas de tela blanca sin costura para los hombres y una túnica larga para las mujeres que solo deja a la vista las manos y el rostro-, antes de realizar la oración del mediodía en la mezquita de Namira, aledaña al monte.
“La nación no podría formar ciudadanos buenos si no es a través de la moral que siembran ellos mismos, ya que la moral es la que protege los derechos y evalúa a las personas y las sociedades”, dijo hoy el jeque Husein al Sheij, uno de los imanes de la Mezquita del Profeta, ubicada en la ciudad saudita de Medina, que alberga la tumba de Mahoma.
El jeque Husein al Sheij sustituyó en la lectura del sermón más importante para los musulmanes al muftí Abdelaziz al Sheij, la mayor autoridad religiosa islámica del país, que no estuvo presente por tercer año consecutivo y cuya ausencia no fue justificada oficialmente.
El Ministerio de Peregrinación saudita colabora en el traslado de los peregrinos a La Meca y de aquellos que quieran subir al monte Arafat, donde permanecerán rezando hasta el ocaso para cumplir con la Waqfa (parada).
Después del atardecer local de hoy, los peregrinos abandonarán Arafat y se dirigirán a la zona de Muzdalifa, a unos nueve kilómetros de Arafat, donde pasarán la noche para prepararse para la oración del primer día del Aíd al Adha (Fiesta del Sacrificio), que dará comienzo este martes y que se celebrará en todos los países de tradición musulmana.
Luego regresarán a Mina, donde cumplirán con el rito de la “lapidación del diablo”, que consiste en arrojar siete guijarros a cada uno de los pilares que representan las apariciones del demonio a Abraham, que pondrá fin a los ritos del hach.
Al final de la peregrinación, los hombres se afeitarán el cabello y las mujeres se cortarán un mechón como signo de renovación espiritual para completar el recorrido religioso.
Mientras los peregrinos rezan en el monte Arafat, las autoridades aprovechan el vacío que reina en el patio de la Gran Mezquita de La Meca, que alberga la Kaaba, para cambiar el manto negro que cubre esta edificación cúbica, y que se denomina “kiswa”.
Según la autoridad religiosa saudita, los trabajadores han finiquitado la tarea en tres horas, lo que ha calificado como “tiempo récord”, ya que el año pasado lo realizaron en tres horas y media.
La “kiswa”, fabricada en seda de color negro, ha costado este año en torno a 22 millones de riales saudíes (unos 5,9 millones de dólares), anunció la autoridad custodio de las sagradas mezquitas.
Tras cumplir con los ritos del hach, los peregrinos volverán a la Gran Mezquita de La Meca para dar siete vueltas en torno a la Kaaba, tal y como realizaron el primer día de la peregrinación.
El hach supone todo un reto para las autoridades sauditas, que han reforzado las medidas de seguridad y sanitarias con el fin de evitar que ocurran incidentes, como la estampida de 2015, en la que, según datos recabados por distintos países, perecieron cerca de 2.000 peregrinos.
Ese mismo año, antes del inicio del hach, más de 100 fieles fallecieron al caer una grúa en el interior de la Gran Mezquita de La Meca y cada año decenas de peregrinos perecen por causas naturales durante los cinco días que dura la peregrinación.
Hasta el momento, el Ministerio de sanidad no ha anunciado ningún deceso y ha informado de que el personal sanitario ha realizado durante el evento un total de 1.270 diálisis y 17 operaciones a corazón abierto.