Alfredo García
El presidente, Donald Trump, extiende su racismo a ultramar. El pasado miércoles el mandatario escribió en Twitter, que había pedido a Mike Pompeo, secretario de Estado, “que examine detenidamente la confiscación y expropiación de tierras y granjas y los asesinatos de granjeros a gran escala”. (…) “El Gobierno de Sudáfrica, está ahora mismo expropiando tierra a los granjeros blancos”, agregó Trump.
Sudáfrica reaccionó de inmediato rechazando “totalmente su limitada percepción”, tras acusar a Trump de querer “dividir nuestro país”. La ministra de Relaciones y Cooperación, Lindiwe Sisulu, calificó de “desafortunados” los comentarios del presidente e informó que su departamento se reunirá con la embajada de EE.UU.
Sudáfrica es un país que fue víctima de la colonización europea desde el siglo XVII. Alcanzó su independencia del Reino Unido en 1961. Posee un territorio de 1 millón 219,090 Km2 y 53 millones de habitantes, (79,5% negra y 8% blanca). Tiene 2,798 kms de costa en los océanos Atlántico e Indico y limita al norte con Namibia, Botsuana y Zimbabue y al este con Mozambique y Suazilandia.
En 1913 el gobierno colonial de Sudáfrica, aprobó una ley que prohibía a la mayoritaria población negra comprar o alquilar tierra provocando su masiva expulsión, medida segregacionista que determinó la propiedad de la tierra durante casi un siglo.
Después de la II Guerra Mundial, el profascista, Partido Nacional, PN, que agrupaba a la minoría blanca de origen europeo, alcanzó el gobierno en 1948 implantando un sistema jurídico y social de segregación racial para separar a la raza blanca y negra conocido como Apartheid, con vastos privilegios políticos, económicos y sociales para los primeros.
En 1989 presionado por la creciente lucha armada y la presión internacional, el PN inició un programa de reformas en el sistema Apartheid, legalizando el Congreso Nacional Africano, CNA y otras organizaciones progresistas, así como la liberación del líder de la CNA, Nelson Mandela. En 1993 un referendo otorgó el derecho al voto a la mayoría negra y al año siguiente se realizaron las primeras elecciones democráticas, siendo electo presidente, Nelson Mandela.
Desde entonces, el CNA se ha mantenido en el gobierno y la legislación del Apartheid ha sido gradualmente revocada. Sin embargo, a más de 2 décadas del desplome del funesto régimen racista, la mayor parte de la tierra cultivable sudafricana (73%) sigue en poder de la minoría blanca (8% de la población).
La redistribución de tierras fue un principio fundamental del ANC, durante su lucha contra el régimen del Apartheid. Desde el gobierno, el ANC se propuso devolver el 30% de las tierras antes de 2014 a través de un sistema voluntario de venta, que hasta la fecha se ha cumplido solo en un 10%.
El actual presidente sudafricano, Cyril Ramphosa, ha declarado la redistribución de la tierra como una necesidad para “corregir la grave injusticia histórica”. Una reforma aprobada por el Parlamento contempla la “expropiación sin compensación”, y solo espera por una enmienda en la Constitución para que la medida sea ejecutada.
Los intereses latifundistas de la minoría blanca, son defendidos por la organización pro fascista sudafricana, AfriForum. El pasado mes de mayo, Tucker Carlson, presentador de Fox News, empresa vinculada a Trump, entrevistó al presidente de AfriForum, Earnst Roets, quien realizó una gira en EE.UU. para denunciar la presunta “expropiación de tierras” y “asesinatos bárbaros y espantosos” contra los granjeros blancos.