En una misa multitudinaria para despedirse de su visita, el Papa Francisco sorprendió al hacer en español una letanía de perdones / Francisco imploró “perdón de Dios” por las víctimas de los abusos en Irlanda; a los “sobrevivientes de abusos de poder, de conciencia y sexuales”
DUBLIN, Irlanda, 26 de agosto (AFP/REUTERS/EFE).- El papa Francisco enumeró este domingo en una misa gigante en Dublín una larga lista de “perdones” por las víctimas de abusos cometidos por sacerdotes o instituciones religiosas en Irlanda, pero también se vio acusado de haber encubierto a un prelado sospechoso de abusos.
Tras dos días de visita muy focalizados en este tema que amenaza actualmente a la Iglesia local implosión, Francisco llegó en papamóvil bajo un cielo lluvioso al inmenso parque Phoenix. Fue la ocasión para este país, uno de los más católicos de Europa, de expresar su fervor.
Desde su primera intervención ante los fieles, el papa sorprendió al hacer en español una letanía de perdones pedidos a los “sobrevivientes de abusos de poder, de conciencia y sexuales” en Irlanda.
Haciendo una lista de todos “los crímenes” cometidos, el papa pidió perdón por “los niños que fueron alejados de sus madres”, porque se embarazaron fuera del matrimonio.
El Papa también acusó a “miembros de la jerarquía” que “guardaron silencio”.
“Pedimos perdón por los abusos en Irlanda, abusos de poder y de conciencia; abusos sexuales por parte de miembros cualificados de la Iglesia”, dijo.
“De manera especial pedimos perdón por todos los abusos cometidos en diversos tipos de instituciones dirigidas por religiosos y religiosas y otros miembros de la Iglesia. Y pedimos perdón por los casos de explotación laboral a que fueron sometidos tantos menores”, agregó
Antes, al efectuar una visita al santuario de Knock, lugar de piedad mariana a 180 km de Dublín, fue recibido por 45.000 personas que ondeaban la bandera amarilla y blanca del Vaticano.
Arzobispo Vigano acusa al Papa y pide su renuncia
El propio papa fue acusado en una carta por Carlo Maria Vigano, arzobispo y exembajador del Vaticano en Washington, de haber anulado las sanciones contra el cardenal estadounidense Theodore McCarrick, pese a estar acusado de abusos. En la misiva pide incluso su renuncia.
“La corrupción alcanzó la cima de la jerarquía de la Iglesia”, afirma Vigano en su carta.
La carta de 11 páginas fue divulgada simultáneamente el sábado en varias publicaciones católicas estadounidenses de tendencia tradicionalista o ultraconservadora, así como por un diario italiano de derecha.
En este documento, el exnuncio apostólico, jubilado en la actualidad, acusa también, nombrándolos, a varios altos prelados de la Curia romana, entre ellos el número dos del Vaticano, Pietro Parolin.
Francisco aceptó en julio la renuncia al colegio de cardenales de Theodore McCarrick, de 88 años, arzobispo emérito de Washington.
“El Vaticano no tiene ningún comentario por el momento”, reaccionó una portavoz del mismo.
Pérdida de influencia de la Iglesia
Desde 2002, más de 14.500 personas declararon haber sido víctimas de abusos sexuales cometidos por sarcedotes en Irlanda. La jerarquía de la Tglesia irlandesa fue acusada de encubrir a centenares de sacerdotes.
Además, varias investigaciones revelaron prácticas de adopciones ilegales de niños de madres solteras, que realizó el Estado irlandés con complicidad de la Iglesia católica.
El alcance de estos escándalos explica en parte la pérdida de influencia de la Iglesia en los últimos años entre la sociedad irlandesa, históricamente muy católica.
“Ninguno de nosotros puede dejar de conmoverse con las historias de menores que han sufrido abusos, a quienes se les ha robado la inocencia y que han sido abandonados a la herida de dolorosos recuerdos”, dijo el Sumo Pontífice.
“Esta cicatriz abierta nos desafía a ser firmes y decididos en la búsqueda de la verdad y la justicia”, añadió, 39 años después que Juan Pablo II, que llegó para arrodillarse a este lugar de supuestas apariciones.
Antes que Francisco, su predecesor Benedicto XVI, escribió en 2010 una carta a todos los católicos irlandeses, en la que reconocía la responsabilidad de la Iglesia en abusos.
Hace casi cuatro décadas, cuando el divorcio, el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo eran impensables en el país, Juan Pablo II tomó la palabra ante 1,5 millones de personas durante una misa.
Se esperaba la asistencia de medio millón de fieles en el parque Phoenix, pero fueron menos, quizás a causa de la lluvia.
La menguante influencia de la Iglesia católica quedó expuesta por el menor número de asistentes en comparación con los que fueron a ver a Juan Pablo II durante la última visita papal en 1979, cuando asistió más de tres cuartas partes de la población de Irlanda.
Protestan contra visita del Papa
En el centro de Dublín, unas 5,000 víctimas de abusos de la Iglesia y simpatizantes participaron en la manifestación “Frentes por la verdad”. Se unieron a sobrevivientes y sus familias en un evento en otra parte de Dublín mientras el Papa daba misa para manifestar su solidaridad con aquellos que han sufrido.
“(La visita) Ha sido muy, muy dolorosa”, dijo Graham Mills, de 52 años, quien fue sexualmente abusado de niño por un miembro de la orden religiosa Hermanos Cristianos y viajó desde Irlanda del Norte para unirse a la protesta.
Cientos también se reunieron en la ciudad de Tuam para una vigilia en el sitio de una antigua casa administrada por la Iglesia para madres solteras, donde se encontró una tumba sin nombre con los restos de cientos de bebés almacenados en cámaras subterráneas en 2014.