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Internacional

Las cacerías de brujas en Estados Unidos

Gustavo Robreño

Han sido numerosos los intelectuales, artistas, científicos, profesionales, deportistas y políticos de los más variados signos en Estados Unidos que a lo largo de muchos años se han referido a las llamadas “cacería de brujas”, puestas en práctica por los tribunales y jueces del sistema judicial norteamericano, violando códigos y leyes en beneficio de los más oscuros intereses.

Se recuerda aún la brutal cacería desatada por el senador Joseph McCarthy a inicio de la década de los 50 que dio lugar al “macartismo” con su secuela de persecución, calumnias y falsos testimonios a la que no fueron ajenos los tribunales y jueces de entonces, llegando al extremo de aplicar hasta la pena de muerte.

Vuelven a aflorar ahora con fuerza esas denuncias de “cacerías de brujas” por parte de las autoridades judiciales del imperio y ellas vuelven a conmover a la sociedad estadounidense, que se debate en medio de las dudas acerca de la probidad y transparencia de su propio sistema judicial.

Esta vez, sin embargo, se produce un hecho insólito y sin precedentes; es el presidente de Estados Unidos quien denuncia públicamente la existencia de tal “cacería”, enfocada hoy contra la figura presidencial de Donald Trump y quienes fueron sus más cercanos asesores durante la campaña electoral.

Los procesos que se desarrollan simultáneamente contra Michael Cohen y Paul Manafort en cortes federales de Nueva York y Virginia parecen formar parte de un cerco judicial y político que sus adversarios internos tratan de apretar contra Trump con vistas a llevarlos ante un juicio político con las más graves consecuencias.

Los resultados de las próximas elecciones parciales de noviembre pudieran desempeñar un papel decisivo en esos planes acorde con la composición que pasen a tener el Senado y la Cámara de Representantes, la confrontación entre esos dos sectores del imperialismo pudiera darse entonces con el propósito de sacar a Trump de la presidencia y crear condiciones para sacar a los republicanos de la Casa Blanca en el 2020.

Lo cierto es que Estados Unidos vive hoy una situación política interna de la mayor incertidumbre y que el resto del mundo la observa no sin preocupación –tanto sus socios como sus adversarios–, pues de ella pudieran surgir irresponsables coletazos de incalculables costos para todos.

En buena medida, el futuro de la humanidad pudiera estar jugándose en el seno del Imperio entre las ambiciosas élites que allí se enfrentan.

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