DENVER, EE.UU., 14 de septiembre (EFE).- Dos hermanos mexicanos, ambos veteranos de Vietnam, iniciaron hoy un viaje desde Colorado Springs, donde residen en el estado de Colorado, para visitar la mayoría de capitales estadounidenses y arribar, a mediados de noviembre, a Washington DC, donde entregarán un petitorio de ayuda a los veteranos deportados y del cese de las deportaciones.
Nacidos en México de madre estadounidense y criados en Estados Unidos, los Valenzuela, Manuel (de 68 años) y Valente (de 72), se enteraron en 2009 de que no son ciudadanos del país por el que lucharon. También de que, por delitos menores relacionados con el alcohol, luego de volver de la guerra iban a ser deportados.
Aunque aquella orden sigue vigente, por el momento ha sido detenida, pero en el proceso de remediar su situación, los hermanos supieron de numerosas deportaciones a México de otros veteranos de guerra. Muchos, como ellos, condecorados e incluso con residencia permanente en Estados Unidos.
Acompañados por legisladores estatales de Colorado, dirigentes comunitarios, líderes religiosos y activistas de varios estados, los hermanos presidieron una ceremonia en honor a Héctor Barrios, veterano de Vietnam fallecido en 2014 a los 70 años en Tijuana, México, luego de ser deportado.
Barrios combatió en Vietnam durante casi un año. Luego sufrió el síndrome postraumático y decidió automedicarse, como lo hacían muchos, para aliviar su “ansiedad, miedo constante, e imágenes de destrucción”, según se dijo hoy durante la presentación de la caravana.
El final de Barrios, deportado por posesión de marihuana, fue la deportación y, como consecuencia, el desahucio. No fue enterrado. Sus cenizas permanecen en una vivienda en Tijuana.
Los Valenzuela recrearon esta mañana lo que habría sido el funeral con honores de Barrios, con el tradicional saludo de 21 cañonazos y la entrega de una bandera doblada.
Manuel Valenzuela aceptó la bandera y prometió entregarla a la familia de Barrios cuando lleguen a California.
Paradójicamente, Colorado Springs fue elegida esta semana como la mejor ciudad del país para veteranos, entre las 600 analizadas, por la cantidad que allí residen (unos 80,000), el acceso a servicios, y la calidad de vida de esos veteranos.
La elección estuvo a cargo de la revista especializada Military Times Rebootcamp.
Este sábado, los Valenzuela estarán en el Capitolio de Denver, antes de partir hacia Nuevo México “para visitar el cementerio de nuestra madre”, dijeron a Efe. Luego enfilarán hacia Arizona.
Pasarán por California, Nevada y Utah. De ahí en adelante, el recorrido es incierto, pero como su vehículo fue aceptado para el desfile de veteranos en Washington DC, que tendrá lugar el 10 de noviembre, allí llegarán pocos días antes de la fecha.
Saben que, por su edad y por el actual clima político, tienen pocas probabilidades de ver abolida la ley de 1996 firmada por el expresidente Bill Clinton, que autoriza la deportación de personas por ciertos delitos, sin importar su servicio militar o el hecho de tener familiares estadounidenses.
Los hermanos aseguran que no pueden dejar de lado a sus camaradas de armas. Manuel, en lugar de comprarse una casa rodante para salir de paseo -”algo que merezco por mi edad y que muchos hacen”, apunta-, prefirió transformar la caravana en un “cartel de apoyo a los veteranos”.
Manuel y Valente piensan viajar a Tijuana para recibir allí una petición firmada por veteranos deportados y una bandera estadounidense doblada.
Tras el desfile del 10 de noviembre, confían en que tendrán la oportunidad de entregarle en persona la petición y la bandera al presidente estadounidense, Donald Trump.
“Si no quiere aceptarlas, entonces esa será su respuesta. Entonces sabremos que ni el presidente nos quiere ayudar”, sostuvo Manuel.
“Cuando regresamos de Vietnam, el pueblo nos maltrató. Durante todas estas décadas, el gobierno nos ha maltratado”, declaró a Efe.
Sobre el número de veteranos deportados no hay un acuerdo. Las cifras oficiales van desde 8,000 hasta 40,000, en dependencia de la agencia federal que sea consultada.