WASHINGTON, EE. UU., 4 de enero (AFP/PL).- La política estadounidense inició este jueves un nuevo capítulo con la inauguración de un Congreso que refleja la división del país y promete hacer contrapeso a Donald Trump, quien tras dos años gobernando con viento a favor deberá negociar con los demócratas que recuperan la Cámara Baja al mando de Nancy Pelosi.
En este ciclo electoral, una de las protagonistas será Pelosi, de 78 años, que este jueves fue elegida como líder de la bancada mayoritaria en la Cámara de Representantes.
Pelosi llegó al Capitolio vestida de fucsia con una sonrisa llena de emoción antes de someterse a la votación del pleno que la confirmó en el tercer cargo representativo más importante en Estados Unidos, después del presidente y del vicepresidente, que ya había ocupado entre 2007 y 2011.
El nuevo Congreso va a tener una vocación unificadora y va a “debatir y hacer avanzar las buenas ideas, sin importar de donde vengan”, dijo Pelosi durante su discurso.
“No nos hacemos ilusiones de que nuestro trabajo vaya a ser fácil, eso es algo en lo que todos en esta Cámara siempre hemos concordado”, dijo Pelosi al aceptar el cargo tras recibir 220 votos afirmativos, del total de 235 escaños que tiene su partido en la Cámara de 435 miembros.
El vicepresidente Mike Pence juró a los nuevos senadores en la Cámara Alta, donde 53 republicanos controlarán la mayoría frente a 45 demócratas y dos independientes alineados con los demócratas.
La pérdida de la Cámara Baja complica el panorama a Trump para el resto de su mandato y en especial para proyectos como la construcción de un muro en la frontera con México.
Trump insiste en el muro
Trump prometió trabajar con los demócratas y felicitó a Pelosi por su “tremendo” logro, pero insistió en la necesidad de construir el muro.
La inauguración se produce en medio de una feroz pugna que tiene parcialmente paralizado al gobierno desde el 22 de diciembre por la demanda de Trump de incluir en el presupuesto fondos para el muro. Los demócratas se han opuesto firmemente a esta iniciativa, que tiene un costo de más de 5.000 millones de dólares.
Pelosi tuvo un espacio para los “Dreamers” los inmigrantes indocumentados que llegaron a Estados Unidos siendo niños acompañando a sus padres.
“Vamos a hacer Estados Unidos más estadounidense protegiendo a nuestros patrióticos y valientes ‘Dreamers’”, afirmó en un momento en que el tema de la inmigración está en debate.
Para terminar con el cierre parcial del gobierno los demócratas proponen por un lado renovar hasta el 30 de septiembre los presupuestos de las agencias que no son objeto de controversia y prolongar solo hasta el 8 de febrero la partida del Departamento de Seguridad Interior, que se encarga de las fronteras.
Pero cualquier propuesta necesita 60 votos en el Senado.
Trump, que tiene derecho a veto, tiene convocada una reunión el viernes.
Con el control de la Cámara, los demócratas podrán investigar las finanzas de Trump y ahondar en la presunta colusión entre su equipo de campaña y Rusia en 2016, aumentando la posibilidad de que se inicie un proceso de destitución en su contra, aunque con pocas posibilidades de éxito.
Hasta ahora, Pelosi ha dicho que es contraria a lanzar un proceso de destitución, pero los demócratas sí podrían agitar el clima político concretando su promesa de exigirle al presidente que presente su declaración de impuestos.
Un Congreso más diverso
Más allá de los retos que tiene por delante, el nuevo Congreso que se instaló hoy parte con la característica de contar con un número récord de mujeres, y de ser el más diverso en la historia del país.
De acuerdo con el Centro para Mujeres y Política de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, 127 féminas (106 demócratas y 21 republicanas) ocuparán un asiento en el 116 Congreso.
Además marca la irrupción de una nueva generación de políticos, más alejados de las élites y con orígenes sociales y raciales más diversos. Una de ellos es la demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, de origen puertorriqueño y nacida en el Bronx hace 29 años, que hizo historia al convertirse en la mujer más joven en ser electa al Congreso. Rashida Tlaib e Ilhan Omar se convertirán en las primeras musulmanas en servir en el legislativo estadounidense, y el Capitolio contará por vez inicial con dos mujeres nativas americanas, Debra Haaland y Sharice David; en tanto Massachusetts y Connecticut tendrán por primera ocasión a dos afronorteamericanas en el Congreso; y Arizona y Tennessee contarán con sus primeras senadoras.
Tales cambio representan un reflejo de la propia diversidad de la sociedad norteamericana, pero también recuerdan que aún falta mucho para contar con un Capitolio más equilibrado en temas de género, pues incluso después de esas ganancias las féminas solo representan poco menos de un cuarto del legislativo.