Manuel E. Yepe
El surgimiento de agendas más izquierdistas entre algunos políticos del Partido Demócrata y cierta radicalización de la conciencia en la ciudadanía estadounidense “de a pie” sobre la igualdad social y económica en Estados Unidos, motivó una interesante entrevista con el profesor titular en politología Colin S. Cavell a cargo de Finian Cunningham realizada y difundida por la Fundación de Cultura Estratégica (Strategic Culture Foundation).
El presidente Trump ha condenado con frecuencia en sus discursos al “malvado socialismo”, reflejando el temor de la clase dominante estadounidense a un giro hacia el socialismo en el país. Los candidatos presidenciales demócratas como Bernie Sanders, Elizabeth Warren y Tulsi Gabbard piden aumento de los impuestos sobre los estadounidenses ricos y las corporaciones poderosas, lo que revertiría décadas de políticas impositivas neoliberales.
Los votantes se unen a reclamos por una redistribución más radical de la riqueza y apoyan políticas contra la desigualdad creciente en Estados Unidos, donde un puñado de multimillonarios posee ahora más riqueza que la mitad del total de la población.
El profesor Cavell opina sobre la evolución actual de la política estadounidense con una perspectiva histórica de los movimientos socialistas en la sociedad estadounidense, aunque advierte que la clase política y los medios de comunicación pro capitalistas trabajan asiduamente para frustrar cualquier movimiento hacia una sociedad más justa y democrática.
Preguntado si Bernie Sanders, quien parece recibir mucho apoyo de la clase obrera por sus políticas de medicamentos para todos y la imposición progresiva de impuestos a los ricos si ello augura un despertar estadounidense hacia un gobierno socialista, Cavell responde que la mayoría de los estadounidenses tiene poca comprensión de la perspectiva que éstas delinean ya que en los medios de comunicación sólo se habla de miedo al socialismo.
“Tras un siglo de propaganda anticomunista y anti socialista por parte del estado capitalista y sus partidarios, el socialismo, en las mentes de la mayoría de los ciudadanos estadounidenses, es un infierno totalitario con fuego y azufre en el que un malvado dictador satánico ordena a todos que se esclavicen en detrimento del cuerpo político, ello unido a la merma de las libertades individuales y la felicidad personal”, denota Cavell.
“Tras la repetición sin cesar de tales conceptos durante diez décadas, el pueblo ha comenzado a vislumbrar, desde la década de 1970, y dado el estancamiento de sus salarios y niveles de vida (en la mayoría de los casos y retrocesos en los otros) ha llegado a la conclusión de que los beneficios del capitalismo sólo llegan a una parte reducida de esa clase y no a las grandes mayorías.
Por todo ello, está abierto a escuchar las voces de quienes, como Sanders y otros demócratas más izquierdistas, están pidiendo la implementación de la atención médica universal para todos que tanto ha sido menospreciado por los ex presidentes y políticos de los EEUU como medicina socializada, término que la mayor parte de la ciudadanía concibe como la reducción o gratuidad de los costos de la atención médica.
En cuanto a otros aspectos de la socialización de la economía, la mayoría no tiene esto claro, aunque hay un fuerte apoyo a la extensión del acceso a la educación gratuita en las instituciones de educación superior, llamadas “colegios” y universidades, donde los adeudos por préstamos estudiantiles sobrepasan actualmente $1.5 billones y afecta al menos a una sexta parte de la población de EEUU, alrededor de 43 millones de adultos. Y, dado que vive en la población la práctica de que el “mejor trabajo” es decir el que más paga y más beneficios tenga, hay una inclinación a avanzar a través de la adquisición de una educación con título formalizado.
Cavell considera que la conciencia de clase está presente en la mayoría de los ciudadanos, pero rara vez articulada. En cambio, se mantiene la noción de que Estados Unidos es una nación libre de clases sociales en la que el mérito garantiza la mejor retribución a aquellos que sean capaces de “levantarse por sus propios medios”. La mayoría de los ciudadanos cree que son miembros de la clase media a pesar de que la inmensa mayoría vive “de cheque en cheque” y tiene poco o ningún ahorro para casos de emergencia.
Así que lo que está presente allí es una clase obrera consciente de su existencia, funcionalidad, fuerza y poder, pero que no reconoce su papel histórico llamado a derrocar por la fuerza al capitalismo si quiere disfrutar de un verdadero sentido de libertad.
Cavell opina que si las elecciones presidenciales se celebraran hoy en Estados Unidos, sin interferencias ni obstrucciones de los partidos Demócrata y Republicano, Bernie Sanders sería fácilmente el ganador.
Esto, sin embargo, nunca sucederá, ya que la clase capitalista mediante todos sus mecanismos asegurará que Bernie nunca llegue a la nominación del Partido Demócrata y por tanto no será candidato en las Elecciones de 2020.
(http://manuelyepe.wordpress.com)
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