Reportan más de 200 heridos y medio centenar de detenidos / Presidente regional pide detener los disturbios tras demanda autoritaria del jefe del Gobierno español
BARCELONA, España, 16 de octubre (AFP/EFE/AP).- Nuevos choques entre manifestantes independentistas y la policía estallaron la noche del miércoles en Barcelona, mientras el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, conminó a las autoridades de Cataluña a condenar “sin paliativos” la violencia.
Por tercera noche consecutiva, miles de manifestantes se enfrentaron a policías antidisturbios en la capital catalana, lanzándoles objetos contundentes y prendiendo fuego a contenedores de basura e incluso a vehículos.
El gobierno español dijo el miércoles que hará todo lo que sea necesario para frenar la violencia en Cataluña, donde los enfrentamientos entre independentistas y la policía han dejado más de 200 heridos en dos días.
“Todo está previsto y (el gobierno) actuará, si es preciso, desde la firmeza, la proporcionalidad y la unidad”, según un comunicado emitido por Madrid.
En Madrid, el presidente interino del Gobierno, Pedro Sánchez, demandó públicamente al presidente regional, el independentista Quim Torra, y a los miembros de su gobierno “condenar sin excusas y sin paliativos, con máxima claridad y determinación, el uso de la violencia en Cataluña”.
La noche del martes, Barcelona ya había mostrado escenas de guerrilla urbana y altercados entre las fuerzas del orden y los manifestantes, que protestan por la sentencia emitida el lunes por el Tribunal Supremo que condenó a duras penas de cárcel a nueve dirigentes separatistas por su papel en la tentativa de secesión de 2017.
En la mañana de este miércoles, miles de personas comenzaron a marchar desde cinco ciudades catalanas para converger en Barcelona el viernes, cuando tendrá lugar una huelga general y una concentración multitudinaria.
A una de las columnas se unió el presidente catalán, quien evitó abordar los hechos violentos de los dos días anteriores. El lunes, más de 10,000 personas intentaron paralizar las actividades del aeropuerto de Barcelona y se produjeron disturbios.
Sí se pronunció el ministro catalán de Interior, Miquel Buch, quien pidió públicamente “aislar” a las personas violentas, advirtiendo que la policía regional, los Mossos d’Esquadra, continuará reprimiendo cuando haya excesos.
Lasa protestas son el resultado aparente de la reacción popular a la decisión del Tribunal Supremo de España de declaró culpables a 9 de 12 políticos y activistas catalanes de sedición, a los que les impusieron sentencias de entre 9 y 13 años en prisión. Cuatro de ellos también fueron condenados por malversación de fondos públicos. Los otros tres fueron multados por desobediencia.
La corte les prohibió a todos desempeñarse en cargos públicos.
Barricadas de fuego
Este miércoles, los manifestantes coreaban “Buch dimisión”, mientras que jóvenes con la cara tapada frente a barricadas de con objetos prendidos en fuego cercanas a la sede de la Consejería de Interior gritaban “No es violencia, es autodefensa”.
Catorce personas precisaron atención médica, según los servicios sanitarios. El martes habían sido 125 los atendidos, mientras que 51 personas fueron detenidas, indicó el ministerio de Interior.
Refuerzos policiales fueron enviados a esta rica región nororiental de 7,5 millones de habitantes, indicaron en la jornada fuentes del Ministerio de
Interior en Madrid.
Pedro Sánchez, que sostuvo durante la jornada encuentros con los líderes de los principales partidos políticos, no anunció ninguna medida extraordinaria ante los disturbios, tal y como le reclama la oposición de derecha, en plena campaña para las legislativas del 10 de noviembre.
Entre las medidas que le piden está aplicar la Ley de Seguridad Nacional, que pondría en manos del Estado las competencias en materia de seguridad de Cataluña, e incluso empezar a dar pasos hacia una intervención de la autonomía regional, como ya ocurrió en 2017 tras la tentativa de secesión.