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La Asociación Hermanos Saíz agrupa de manera selectiva y a partir de un criterio de voluntariedad a escritores, artistas, intelectuales y promotores de toda Cuba de hasta 35 años. Sus objetivos de trabajo están relacionados con el estímulo de la creación artística y literaria entre sus miembros y el fomento de espacios de discusión teórica sobre la participación de la vanguardia intelectual

Por Eloísa M. Carreras Varona

Este 18 de octubre tuvo lugar la celebración del 33 Aniversario de la Asociación Hermanos Saíz(*), en el Memorial José Martí de la capital cubana. El acto fue presidido por Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de la República de Cuba; quien participó en la entrega del Premio “Maestro de Juventudes” a Eslinda Núñez Pérez, Premio Nacional de Cine; Francisco (Pancho) García Castellanos, Premio Nacional de Teatro; Manuel Pérez Paredes, Premio Nacional de Cine; Guido López-Gavilán del Rosario, Premio Nacional de Música; Pedro de Oraá Carratalá, Premio Nacional de Artes Plásticas; Lázaro Silvestre García Gil, fundador de la Nueva Trova, y el poeta Virgilio López Lemus, Dr. Ciencias Filológicas. Asimismo, en este acto fueron condecoradas con la Distinción de Miembro de Honor de la AHS, siete figuras de la Cultura Cubana, que estuvieron en la presidencia de la organización desde su fundación en 1986 hasta el 2017.

Esta celebración tuvo la peculiaridad de contar con la presencia de nuestro presidente fundador: el pianista Víctor Rodríguez Delgado, ese ser humano especial y excepcional que, con una nobleza sin par, asumió la responsabilidad de la presidencia aquel inolvidable 18 de octubre de 1986, en el marco del célebre I Encuentro Nacional de Jóvenes Escritores, Artistas y Técnicos de la Cultura, celebrado en el Palacio de las Convenciones de La Habana, que reunió a 400 jóvenes creadores miembros de las antiguas Brigadas Hermanos Saíz, Raúl Gómez García y del Movimiento de la Nueva Trova.

Siendo tan joven, ya Víctor era un respetado y laureado pianista, y como nuestro primer presidente, con madurez y serenidad dedicó todo su inmenso talento a dirigir la puesta en práctica del cumplimiento de los objetivos que habían sido trazados en el citado Encuentro fundacional. No hay duda que aquellos inicios fueron muy difíciles para Víctor y aquel primer Ejecutivo Nacional, pues eran interminables las tareas organizativas, fundacionales, institucionales y de promoción cultural y había que buscar solución a los problemas existentes en cada una de las provincias, acorde con sus peculiaridades; establecer un diálogo sistemático con los responsables del resto de las instituciones y organizaciones del entramado político cultural del país que de una forma u otra debían no sólo contribuir materialmente con el trabajo de la AHS, sino también comprender y propiciar la mejor consecución de nuestros objetivos. Por razones obvias y porque no es el caso, no voy a citar con exactitud los variados e innumerables proyectos que fueron aprobados y auspiciados por la AHS en la capital y en todas las provincias del país, desde el momento mismo de su aparición, pero creo que Omar Mederos en algún momento deberá hacer este resumen para las memorias de la organización. No obstante debo recordar que en la Sede Nacional en la capital y en la Madriguera —lo cual es muy importante si se toma en consideración que la mayor parte de sus miembros están en esta región—, la AHS pudo realizar conciertos, exposiciones, muestras de cine joven, encuentros literarios y teóricos, giras artísticas y otros muchos proyectos de relevante importancia que fueron aprobados y auspiciados por la organización. Al respecto, el propio Omar, entonces Director de la Casa del Joven Creador, afirmó: “Los eventos se sucedían sin cesar en todas las manifestaciones. Se incorporaron los artesanos, los arquitectos, los investigadores, los estetas, los productores y otros técnicos de la cultura en la categoría de promotores, cosa inédita en este tipo de institución. Era un hervidero de creación y novedad, un espacio joven y polémico, repleto de dinamismo y vida, diverso y mágico donde las insuficiencias materiales de cualquier tipo siempre encontraban soluciones tan creativas que a veces nos sorprendíamos nosotros mismos”.

Por eso, igualmente, se debe subrayar que otro de los grandes méritos de Víctor como Presidente, fue convertir a la AHS en una gran escuela para todos los que allí servimos de una u otra manera. Recuerdo con gratitud que trabajábamos interminables jornadas en un gran taller de creación colectiva, en el que no hubo un solo acuerdo que fuera adoptado unilateral y arbitrariamente, sino que siempre se tomaron decisiones colegiadas. Dedicados por entero a cumplir con estas responsabilidades, y a entregar lo mejor de cada uno de los que allí laboraban para hacer avanzar el Proyecto AHS.

Por eso también, en este 33 Aniversario, no puedo dejar de agradecerle a la dirección actual y a Rafael García González, su presidente, por la inmensa responsabilidad y el colosal desafío que tienen por delante y por haber logrado la presencia de Víctor para esta fecha. Porque, desde luego, que la presencia de Víctor marcó la diferencia… y, de seguro, fue un puro guiño y derroche de gentileza con todos los de entonces…, porque su presencia fue un verdadero regalo para la AHS, la de ahora y la de antes.

En fin, le doy las gracias a la AHS, porque nos permite seguir creyendo en su propuesta, porque aunque los tiempos han cambiado y hoy esté renovada, cuando los vemos actuar y crear se puede sentir que “todo” valió la pena; porque la AHS sigue testarudamente vigente y con más fuerza que nunca, porque está aquí y estará para ocupar su lugar en el concierto de la cultura cubana, porque aún tiene que seguir cumpliendo con su noble y decisiva misión.

(*) La Asociación Hermanos Saíz (AHS) es una Organización con fines culturales y artísticos que agrupa de manera selectiva y a partir de un criterio de voluntariedad a los más importantes escritores, artistas, intelectuales y promotores de toda Cuba, jóvenes de hasta 35 años. Surgió de la Brigada Hermanos Saíz, la Brigada Raúl Gómez García y el Movimiento de la Nueva Trova, en virtud del derecho de asociación reconocido en el artículo 54 de la Constitución de la República de Cuba, y de acuerdo con lo dispuesto en la Ley 54, del 27 de diciembre de 1985, contentiva de la Ley de Asociaciones, aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular. Asimismo, la AHS promueve la obra artística y literaria de su membresía dentro y fuera de Cuba, y estimula la creación que dé a conocer la identidad y los valores ético-culturales de la nación cubana. También defiende la libertad creadora y la obra de sus miembros.

Desde su fundación la AHS ha ido creciendo y reclamando nuevos espacios. Hoy está presente en todas las provincias de Cuba, mediante las Casas del Joven Creador, y articula un sistema de becas, premios y eventos que posibilitan a jóvenes artistas (sean miembros o no) promover y posicionar su obra, muchas veces emergente y alternativa. Asimismo, cuenta con cinco editoriales: Sed de Belleza, de Villa Clara; La Luz, de Holguín; Aldabón, de Matanzas; Áncora, de la Isla de la Juventud y Reina del Mar, de Cienfuegos. Este sistema también contribuye a definir jerarquías en el panorama de la cultura nacional. Fuente Ecured

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