Un estudio muestra cómo microorganismos que por sí solos podrían producir una infección grave pero manejable, se unen y pontencian para provocar un daño irreparable.
Un nuevo estudio, emprendido por investigadores de universidades estadounidenses mediante análisis genético, logró identificar cómo dos cepas diferentes de una misma especie de bacteria carnívora actúan en conjunto y provocan daños mucho mayores que por sí solas.
En los últimos años se han detectado graves infecciones que progresan rápidamente y son resistentes a tratamientos, y que generalmente son provocadas por varios tipos de microbios, dijeron esta semana los referidos científicos en un comunicado.
"Esta investigación proporciona evidencia clara de que una infección muy grave, que se consideró causada por una sola especie de bacteria natural, en realidad respondía a dos cepas ", señaló Rita Colwell, coautora de la investigación. "Una de ellas produce una toxina que descompone el tejido muscular, y permite que la otra migre al sistema sanguíneo e infecte los órganos", explicó la investigadora.
Fascitis Necrotizante
Los expertos estudiaron la infección que se encontró en una paciente, a quien se le amputó parte de sus cuatro extremidades para salvar su vida después de que desarrollara fascitis necrotizante. En un inicio, los médicos creyeron que la enfermedad era monomicrobiana y ocasionada por una sola especie de bacteria, la denominada Aeromonas hydrophila. Sin embargo, un análisis genético del cultivo de bacterias reveló que se trataba de dos cepas distintas.
Inicialmente, los investigadores catalogaron esas cepas como fascitis necrotizante 1 (NF1) y fascitis necrotizante 2 (NF2), y sus análisis indicaban que ninguna de ellas podía por sí sola producir una infección grave. Sin embargo, al juntarse se volvieron potencialmente mortales .
"Con estos nuevos y poderosos métodos, podemos determinar cómo los microbios trabajan juntos, ya sean bacterias, virus o parásitos", afirma Colwell.
Los expertos sostienen que la solución para este problema podría ser una mezcla de antibióticos o de medicamentos terapéuticos. El solo hecho de poder identificar mejor los agentes involucrados en infecciones, ayuda significativamente a obtener mejores resultados en el tratamiento de pacientes infectados, concluyen los investigadores. (RT)