LA PAZ, Bolivia, 7 de noviembre (EFE).- El Gobierno boliviano descartó este jueves que el presidente del país, Evo Morales, vaya a renunciar antes de concluir su actual mandato y menos aún habiéndole proclamado el órgano electoral ganador de las recientes elecciones generales, pese a lo que piden sus detractores que le acusan de un fraude electoral.
“¿Por qué tendríamos que renunciar, si acabamos de ganar las elecciones?”, sostuvo el vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, en una comparecencia ante los medios en La Paz.
García Linera consideró que preguntar si Evo Morales va a renunciar “es como preguntar ¿enterramos la democracia?”.
“El presidente Evo y su vicepresidente hemos sido elegidos para gobernar del 22 de enero de 2015 al 22 de enero de 2020. Es nuestra gestión, lo dice la Constitución, lo dice el voto popular”, señaló.
El vicepresidente respondió de esta forma a los sectores opositores y ciudadanos que piden la renuncia de Morales al denunciar que hubo fraude a su favor por parte del órgano electoral en los comicios del 20 de octubre, en los que fue proclamando vencedor para un cuarto mandato consecutivo hasta 2025.
El detonante de las sospechas de manipulación del voto fue en el día después de la votación un repentino cambio de tendencia del cómputo provisional, que pasó de prever una segunda vuelta entre Morales y el opositor Carlos Mesa a augurar un triunfo en primera ronda del mandatario boliviano.
Secuelas de protestas
Tres muertos, 346 heridos y 220 detenidos han dejado los disturbios en Bolivia por las denuncias de fraude en las elecciones presidenciales del pasado 20 de octubre, según datos de la Defensoría del Pueblo boliviana sobre los diecisiete días de protestas.
La jornada de este miércoles fue la más violenta desde los comicios del pasado 20 de octubre, con 97 heridos y un muerto en Cochabamba, una región del centro de Bolivia donde se desató una ola de violencia durante gran parte del día.
Los otros dos fallecidos se produjeron el pasado 30 de octubre en la ciudad oriental de Montero, en enfrentamientos entre partidarios y detractores del presidente del país, Evo Morales.
La mayoría de los heridos, 334, lo fueron por choques entre civiles, mientras que los otros 12 se produjeron por represión policial, de acuerdo con esta entidad.
Once de las personas heridas son policías y ocho periodistas, un colectivo que en los últimos días denunció ataques durante la cobertura informativa de los incidentes.
Los datos de la Defensoría muestran que de los 220 detenidos en incidentes desde el día posterior a los comicios, son 25 los que permanecen con algún tipo de detención.