BUENOS AIRES, Argentina, 12 de diciembre (AFP/EFE/AP).- El expresidente de Bolivia Evo Morales llegó este jueves a Buenos Aires y recibirá el estatus de refugiado, dos días después de que el presidente Alberto Fernández asumiera el mando de Argentina.
Morales “viene para quedarse en la Argentina. Entra en condición de asilado y después pasa a tener la de refugiado”, declaró el canciller Felipe Solá al canal de noticias TN. El exmandatario “se siente más cómodo acá que en México”, agregó.
“Queremos el compromiso de Evo de no hacer declaraciones políticas en la Argentina. Es una condición que le pedimos nosotros”, afirmó Solá.
Solá dijo que no estaba previsto un encuentro este jueves de Morales con Fernández, peronista de centro-izquierda, y no precisó en qué lugar del país permanecerá como refugiado el exmandatario boliviano.
Una fuente diplomática dijo a la AFP que se encuentra alojado en el Gran Buenos Aires, fuera de la capital argentina. Allí está el distrito La Matanza, que alberga a gran parte de la comunidad boliviana residente en Argentina.
Evo “está bien, entero”
El estatuto de refugiado será otorgado por el ministerio del Interior y para obtenerlo debe cumplir requisitos como fijar un domicilio en el país, precisó Solá.
A diferencia del asilo político que es otorgado por un gobierno en corto tiempo sin necesidad de justificarlo, el estatuto de refugiado es más amplio, se debe justificar la solicitud y la persona goza de mayores derechos y obligaciones, según normas migratorias argentinas.
Daniel Catalano, secretario general de Asociación de Trabajadores del Estado-Capital e integrante de la comitiva que recibió a Morales, señaló que el exmandatario “está bien, está entero”.
“Contento de estar en Argentina”, dijo Catalano a la AFP y agregó que lo están trasladando “a un lugar seguro”.
“Eterno agradecimiento”
“Hace un mes llegué a México, país hermano que nos salvó la vida, estaba triste y destrozado. Ahora arribé a Argentina, para seguir luchando por los más humildes y para unir a la #PatriaGrande, estoy fuerte y animado”, escribió en Twitter el exmandatario.
Expresó además su “eterno agradecimiento” al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y “al pueblo y al Gobierno de México por salvarme la vida y por cobijarme”.
El exmandatario boliviano es una de las personalidades a las que Fernández había invitado a la ceremonia de su investidura. En Argentina, limítrofe con Bolivia, están sus dos hijos, Evaliz y Álvaro, desde el 23 de noviembre.
Además hay una fuerte presencia de bolivianos. Según el último censo de 2010, residen en Argentina unos 350,000 bolivianos, un 19% de los extranjeros en el país. Pero las asociaciones de la comunidad cifran en entre uno y dos millones los residentes bolivianos.
Los analistas creen que la decisión no tendrá demasiado impacto en la política internacional del nuevo gobierno.
“Gobierno de facto”
Morales dimitió el 10 de noviembre luego de perder el apoyo de las Fuerzas Armadas, en medio de una convulsión social tras un proceso electoral en el que buscaba su cuarto mandato consecutivo y que fue considerado fradulento por la misión de observación de la OEA.
El exmandatario partió hacia México. Fernández, entonces presidente electo de Argentina, denunció un “golpe de Estado” en Bolivia y colaboró con el operativo para sacar a Morales de su país y llegar a México.
Solá ratificó que Argentina no reconoce al gobierno boliviano de transición de Jeanine Áñez, por lo contrario lo califica de “gobierno de facto”.
“No reconocemos el gobierno de Bolivia pero sí hacemos votos y trataremos de no poner el más mínimo palo en la rueda, sino más bien de ayudar para que las elecciones se hagan lo antes posible”, declaró.
Áñez convocó a elecciones en Bolivia y adelantó que se celebrarán en marzo o abril, sin la participación de Morales. Su gobierno pronosticó que la relación con Argentina “será difícil”.