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Internacional

Trump será enjuiciado por el Congreso

WASHINGTON, EE.UU., 18 de diciembre (Agencias).- La Cámara de Representantes de Estados Unidos celebró hoy una histórica sesión, en la que aprobó por mayoría de votos avanzar con el proceso de juicio político contra el presidente Donald Trump. La jornada cristalizó, como pocas veces, la división de la clase política y del país.

La Cámara baja, de 435 miembros y controlada por la oposición demócrata, decidió al final del día -tras más de 10 horas de debates- aprobar los cargos de “abuso de poder” y “obstrucción al trabajo del Congreso” contra el mandatario.

El cargo de abuso de poder, fue aprobado con el respaldo de 230 legisladores demócratas, contra 197 republicanos. En su caso, el cargo de obstrucción del trabajo del Congreso, fue aprobado por 229 demócratas y rechazado por 198 republicanos.

La líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo durante el debate en el pleno sobre los cargos contra el presidente que los demócratas no tenían “otra opción” que lanzar el proceso contra el mandatario.

“Es trágico que las acciones imprudentes hicieran que el juicio político fuera necesario. Él no nos dejó otra opción”, dijo Pelosi, quien calificó al presidente como una “amenaza continua para la seguridad nacional”.

El magnate republicano está acusado de intentar presionar a Ucrania para que investigara a uno de sus principales rivales de cara a las presidenciales de 2020, el exvicepresidente Joe Biden.

En la mañana, Trump insistió en Twitter en que no hizo “nada malo”, al día siguiente de dirigirle una amarga y amenazadora carta a la líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, diciéndole que “la historia la juzgará duramente” por el proceso.

Más tarde, siguió con otra tanda de tuits, afirmando -todo en mayúsculas- que este es “un ataque contra Estados Unidos y contra el Partido Republicano”.

Amenaza para la seguridad nacional

En su turno de palabra, Pelosi dijo que los demócratas no tenían otra opción que lanzar el proceso y dijo que Trump es una “amenaza continua para la seguridad nacional”.

Trump pasó el día en la Casa Blanca y en la tarde, coincidiendo casi con la hora de la votación, se desplazó a Michigan para un mitin con sus simpatizantes.

Trump acusó a la oposición demócrata de intentar “anular” su victoria electoral con la aprobación de los cargos para someterlo a un juicio político.

“El presidente va a estar trabajando todo el día. Va a ser informado por su equipo a lo largo del día”, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Stephanie Grisham.

El juicio político dividió a los estadounidenses: 45% quiere que Trump sea destituido (77% entre los votantes demócratas) mientras un 47% se opone, según un sondeo de CNN-SSR.

Este miércoles, fuera del Capitolio en Washington decenas de personas se congregaron para dar su apoyo a los legisladores con carteles que decían “Trump tiene que irse”.

“Siento que tenemos que mostrarle a las personas ahí dentro que esto nos importa”, dijo Jill Watson, una jubilada de 72 años partidaria del proceso contra el mandatario.

“Un día triste”

Pese al clima de polarización en Washington, a ambos lados del hemiciclo los legisladores concordaron en el diagnóstico de que esta es una jornada triste para el país.

Un puñado de legisladores demócratas moderados, elegidos en circunscripciones favorables a Trump, dijeron que apoyarían el juicio del presidente, incluso si corren el riesgo de perder votos o de quedarse sin escaño.

Solo dos de los 233 representantes demócratas podrían votar a favor de Trump, en tanto ninguno de los 197 legisladores republicanos anunció -hasta el inicio de la sesión- su apoyo al proceso de destitución.

Al comienzo del solemne debate, el legislador republicano Tom Cole dijo que este es un “día triste”, descalificó el proceso como “partidista” y acusó a los demócratas de llevar a cabo un procedimiento apresurado.

La representante demócrata de Florida Donna Shalala dijo que llegó a la audiencia con “profunda tristeza”, pero que los hechos citados son “peligrosos” e “indiscutibles”.

Sin embargo, hay pocas posibilidades de que el proceso contra Trump avance en el Senado, donde han sido juzgados dos presidentes: Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1998, ambos exonerados. El republicano Richard Nixon, involucrado en el escándalo Watergate, prefirió renunciar en 1974 antes de sufrir este escarnio.

Riesgos electorales

El presidente busca ahora convertir el proceso en su contra en un elemento que atice a sus bases y le dé un impulso para la reelección.

Consciente del riesgo electoral, Pelosi contuvo durante mucho tiempo los llamados a iniciar un proceso contra Trump, hasta que estalló el escándalo ucraniano.

Finalmente lanzó la investigación a fines de septiembre, tras conocerse la denuncia de un funcionario no identificado sobre la presunta conducta inapropiada del presidente durante una llamada telefónica el 25 de julio con su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski.

Varios testigos confirmaron ante el Comité Judicial de la Cámara Baja las presiones para obligar a Kiev a anunciar la apertura de una investigación por corrupción contra Biden y su hijo.

La Casa Blanca se negó a cooperar con la investigación, calificándola de “inconstitucional”, y prohibió a varios de sus asesores dar testimonio.

Por esta razón, los demócratas lo acusan tanto de haber abusado de su poder para beneficio personal como de haber obstruido el trabajo del Congreso.

En el Senado, que probablemente abrirá el proceso en enero, se espera que Trump sea absuelto, pues se necesitan al menos 67 votos para destituirlo y los republicanos ostentan 53 de los 100 escaños.

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