Los migrantes hondureños y centroamericanos han optado por viajar en grupos de grandes cantidades de personas, pues sienten una mayor protección de frente a la acechanza que sufren por parte de los delincuentes en su camino camino hacia el sueño americano, sin embargo, se estima que muchos de ellos viajan solitarios cada día a Estados Unidos.
Por Freddy Cuevas
Tegucigalpa, Honduras, 27 de diciembre (AP).- Activistas de derechos humanos anunciaron este viernes que una nueva caravana de migrantes partirá en enero próximo desde Honduras rumbo a Estados Unidos , en un intento por huir huir de la extrema pobreza , desempleo , violencia e inseguridad que azota al país centroamericano.
“No sé si tendrá el mismo ímpetu de las caravanas anteriores, pero la planifican en las redes sociales para la segunda quincena de enero”, dijo para AP el Presidente del comité local de Derechos Humanos, Hugo Maldonado.
El Gobierno del Presidente Juan Orlando Hernández culpa a los traficantes de personas y a políticos opositores de organizar las caravanas, como la del 13 de octubre de 2018, mediante la cual, más de 3 mil hondureños salieron sorpresivamente hacia territorio estadounidense desde San Pedro Sula, 180 kilómetros al norte de la capital de Honduras.
En este contexto, el ex Ministro de Defensa y ex Canciller, Edmundo Orellana, señaló en entrevista con AP que “los hondureños están desesperados por las circunstancias en que viven y no les importa huir del país aunque saben que Estados Unidos no lo recibirá con los brazos abiertos y que los detendrá en Guatemala o México, donde pocos de ellos podrían asilarse”.
Aseguró también que “vivir en Honduras es asfixiante porque hay un déficit gigantesco de empleo y oportunidades, los pequeños empresarios son extorsionados por las pandillas y el Gobierno no hace nada por generar riqueza”.
Ricardo Puerta, sociólogo cubano y experto en temas migratorios, dijo a periodistas que sin las distintas caravanas de hondureños no se habrían firmado los acuerdos migratorios actuales entre Estados Unidos y los países del llamado Triángulo del Norte -Guatemala, El Salvador y Honduras-, creados bajo la presión del Presidente Donald Trump para restringir el flujo de migrantes centroamericanos que llegan a su país y obligarlos a pedir asilo en otros territorios.
“Hay un corte en la historia de Honduras de antes y después de las caravanas migratorias, desde octubre del año pasado”, aseguró Puerta.
La migración colectiva se ha convertido en un recurso atractivo para los hondureños, pues ofrece mayor protección de frente a la acechanza que sufren por parte de los delincuentes, en su camino camino hacia el sueño americano. Sin embargo, se estima que muchos hondureños viajan solitarios en autobuses cada día a Estados Unidos.
A este respecto, cifras oficiales indican que más del 60 por ciento de los 9.2 millones de habitantes de Honduras viven en la pobreza y 37 por ciento en la miseria. Además, el desempleo agobia al 5.7 por ciento de la población económicamente activa.
“Aunque tengan un trabajo, los hondureños difícilmente saldrán de la pobreza o se convertirán en clase media”, advirtió Ismael Zepeda, investigador del Fondo Social de Desarrollo, organismo local financiado por el Banco Mundial.
El Gobierno ha invertido alrededor de 20 mil millones de dólares en estrategias para reducir la pobreza, pero no se observan avances porque la corrupción absorbe al menos 2 mil millones de dólares cada año.
Por AP