Internacional

PUERTO PRÍNCIPE, Haití, 22 de febrero (EFE).- El funeral de dos de las víctimas de las violentas manifestaciones de este mes en Haití, que han causado al menos nueve muertos, se transformó este viernes en una nueva protesta contra el Gobierno del presidente Jovenel Moise.

Aunque el Sector Democrático y Popular, una de las facciones mas radicales de oposición, había convocado para este viernes nuevas protestas para exigir la renuncia de Moise, a quien culpan de la severa crisis económica que vive el país, las manifestaciones en la capital haitiana no fueron muy significativas.

El funeral de las dos víctimas, Noe Paterson y Aedemis Sonia, se celebró en una iglesia del sector capitalino de Bel Air, un feudo de partidarios del expresidente Jean-Bertrand Aristide, derrocado por una revuelta armada en 2004.

Durante el servicio religioso, en el que los féretros fueron cubiertos con la bandera haitiana, se entonaron cánticos a favor de Aristide, y hasta el lugar acudió, André Michel, portavoz del sector Democrático y Popular, que agrupa a varios líderes de oposición y organizaciones sociales.

Tras el funeral, centenas de personas salieron con los féretros por las calles de Bel Air, uno de los barrios mas pobres y peligrosos de la capital, y tras el paso de los mismos empezaron a bloquear las calles y arrojar piedras a los vehículos que intentaban atravesar la zona, mientras se escucharon dos disparos al aire de origen desconocido.

Pero en las cercanías del Palacio Nacional, la Policía los dispersó con bombas lacrimógenas, a lo que ellos respondieron con piedras.

Uno de los hombres que llevaba el féretro resultó herido por balas de goma, según comprobó Efe, mientras que una ambulancia llegó hasta el lugar y se llevó el ataúd.

Las víctimas fallecieron, según dijeron a Efe allegados, el 13 de febrero durante una masiva y violenta protesta en la capital, en el marco de las manifestaciones que se llevaron a cabo entre el 7 y el 14 de este mes.

Durante la protesta, varios de los manifestantes expresaron en declaraciones a Efe su indignación contra el Gobierno por el hecho de que cinco estadounidenses y dos serbios detenidos el domingo pasado en Haití con armas automáticas fueran enviados este miércoles a Estados Unidos, donde los dos últimos tienen residencia.