HO CHI MINH, Vietnam), 6 de febrero (EFE).- Vietnam, el país elegido para la segunda cumbre entre EE.UU. y Corea del Norte, es el lugar ideal para tender puentes entre los dos países por sus buenas relaciones comunes, y su apuesta por un progresivo aperturismo económico e internacional sin renunciar a un régimen comunista, un modelo que podría servir de ejemplo a Pionyang.
Tras semanas de especulaciones, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció este martes que finalmente su segunda cumbre con el líder norcoreano, Kim Jong-un, se celebrará en Vietnam los próximos 27 y 28 de febrero.
Esa reunión de dos días tendrá lugar ocho meses después del histórico primer encuentro entre Trump y Kim, celebrado el 12 de junio del año pasado en Singapur.
Una reunión de representantes de los dos países en Hanoi el pasado 6 de enero ya hizo saltar las alarmas sobre la posibilidad de que el país comunista fuera el escenario de la nueva cita entre EE.UU. y Corea del Norte.
Ninguna de las dos partes han confirmado el lugar exacto del encuentro, quizá por razones de seguridad, pero todo apunta a que podría desarrollarse en la ciudad costera Danang, en el centro del país.
La turística localidad, que fue escenario el 2017 de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), a la que asistió Trump, se ha convertido en los últimos años en un dinámico centro económico que destaca por su modernidad y por un crecimiento más armónico que el de Ho Chi Minh y Hanoi, las dos grandes urbes del país.