Pedro Díaz Arcia
La ingenuidad en la vida cotidiana puede ser una veleidad; en política es un pecado. Como una obra repetida regresan viejas doctrinas con algunos retoques para retomar con fuerza redoblada el destino de nuestros pueblos.
América Latina no fue una prioridad para la Casa Blanca años atrás; pero los cambios que han tenido lugar en la correlación de fuerzas en la región con el predominio de una derecha recalcitrante que ocupa un espacio vital en la zona y que no es obra del azar, tiende a empoderar el neoliberalismo.
Washington batalla por afincar su hegemonía en lo que considera un territorio que le debe rendir cuentas y tributos a cualquier precio; mucho más cuando siente que le respira en el cuello la competencia comercial y financiera de China y Rusia, a los que ve como una “amenaza” para su seguridad y para los países del área.
Algunos se preguntan lo que tiene una clara respuesta: ¿Quién amenaza realmente la seguridad en América Latina y el Caribe? ¿Venezuela; Cuba; Nicaragua; Bolivia?
Acaso el mayor peligro para la región ¿está en la Flota del Norte de Rusia; en su Flota del Pacífico; en la del Mar Báltico; o en los modernos submarinos en Múrmansk? ¿Cuántas bases militares posee Moscú en nuestra zona? Ninguna.
¿Será la creciente modernización de la Armada china la que pudiera situarnos en riesgo? Es que Beijing tampoco tiene estructuras militares en nuestras tierras o mares.
Entonces, ¿qué potencia tiene en ascuas la estabilidad, la paz y la seguridad regional latinoamericana y caribeña? ¿No será el Comando Sur de Estados Unidos?
El Comando, con sede en Florida, cubre con su parafernalia militar a 31 países de Sudamérica, América Central y el Caribe, abarcando unos 25,000 kilómetros; además, tiene bajo su responsabilidad la defensa del Canal de Panamá; y trabaja en coordinación con el Comando Norte para sincronizar operaciones en el Hemisferio Occidental; así como en la vigilancia de la frontera con México.
Craig Faller, almirante jefe de la agrupación, y el jefe de las Fuerzas Militares de Colombia, el general Luis Navarro Jiménez, tuvieron recientemente un encuentro privado en el cuartel general del comando, en Florida, para analizar el trabajo de defensa entre ambos países y para la región, que tiene una vieja data. En una rueda de prensa posterior a la reunión, Faller instó a los soldados venezolanos a cumplir con su deber o que serían “responsables de sus acciones”. Una amenaza a puro pulso.
La infraestructura bélica estadounidense “campea hoy por sus respetos” en un constante merodeo en nuestro entorno. Somos observados y vigilados como sujetos de laboratorio.
Es oportuno recordar que George H.W. Bush, antes de la invasión a Irak (1990-1991), afirmó: “Como estadounidenses sabemos que hay veces en que debemos dar un paso al frente y aceptar nuestra responsabilidad de dirigir al mundo, lejos del caos oscuro de los dictadores. Somos la única nación en este planeta capaz de aglutinar a las fuerzas de la paz”.
Durante su mandato se produjo, en 1989, la invasión a Panamá; y otras importantes operaciones militares en el Golfo Pérsico.
Parodiando a “Papa Bush”, diría que la mayor potencia nuclear del mundo continúa siendo la única “capaz de aglutinar a las fuerzas de la guerra” para un nuevo reparto del mundo…en su beneficio.