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WASHINGTON, Estados Unidos, 17 de marzo (Prensa Latina/AFP).- Tildada por sus críticos de racista y de incitar sentimientos nacionalistas, la retórica del presidente estadounidense, Donald Trump, sigue hoy bajo escrutinio tras la matanza en dos mezquitas de Nueva Zelanda que dejó decenas de muertos.

El senador demócrata Tim Kaine (Virginia) dijo que Trump no estará creando nacionalistas blancos, pero su lenguaje ‘los alienta’, en referencia a la tragedia ocurrida el viernes en la ciudad neozelandesa de Christchurch.

Durante una entrevista en el programa dominical televisado Face the Nation, de la CBS, Kaine subrayó que el mandatario usa un lenguaje a menudo muy similar al que emplean “estos fanáticos y racistas”.

El demócrata de Virginia notó que poco después de que Trump ofreciera su apoyo a Nueva Zelanda tras la matanza, vetó una medida para bloquear su declaración de emergencia nacional en la frontera sur, citando una supuesta ‘invasión’ de delincuentes y drogas.

Ese tipo de pronunciamientos de la persona que quizás tiene el micrófono más “potente en el planeta tierra, es doloroso y peligroso y tiende a incitar a la violencia”, apuntó Kaine.

Las autoridades del país oceánico informaron la víspera que ascendió a 50 el número de víctimas fatales a causa de la masacre perpetrada, presuntamente, por Brenton Tarrant, un australiano de 28 años, quien confesó en un manifiesto ser admirador de Trump y lo define “como un símbolo renovado de identidad blanca y objetivos comunes”.

“Cuando ves los tiroteos en una iglesia en Charleston, un tiroteo de una sinagoga en Pittsburgh, ves este manifiesto lleno de odio del tirador en Nueva Zelanda que está asesinando a musulmanes, tenemos que enfrentar el hecho de que hay un aumento en la supremacía blanca, antiinmigrantes, actitudes antimusulmanas “, advirtió el legislador.

Aunque Trump calificó de “sin sentido” y “horrible” el tiroteo, al preguntarle si creía que el nacionalismo blanco es un peligro creciente, se limitó a señalar que actos como esos lo comete un “pequeño grupo de personas que tienen problemas muy, muy graves”.

El jefe de personal de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, rechazó cualquier sugerencia de que la presidencia de Trump sea la causa de un aumento del fenómeno y cortó cualquier esfuerzo por conectar la masacre de Nueva Zelanda con su retórica.

“Tomemos lo que pasó ayer en Nueva Zelanda por lo que es”, indicó Mulvaney en Fox News Sunday.

“Un acto terrible, malvado, trágico, y averiguar por qué esas cosas son cada vez más frecuentes en el mundo. ¿Es Donald Trump? Absolutamente no’, concluyó.

Según reportes de prensa, dentro de Estados Unidos se tomaron fuertes medidas de seguridad en algunas mezquitas, donde era visible un mayor número de policías.

Mientras, miembros de la comunidad musulmana pidieron al ocupante de la Oficina Oval que condene el ataque como un crimen de odio, un atentado de un terrorista supremacista blanco.

Rahida Tlabi, una demócrata de Detroit que se convirtió en 2018 en una de las dos primeras mujeres musulmanas en llegar al Congreso estadounidense, consideró en un talk show el domingo que el hecho de que el presidente no se manifestara abiertamente en contra del supremacismo blanco hace que el país sea menos seguro.

“Trump es actualmente el hombre más poderoso del mundo”, dijo en el

programa “State of the Union”, de CNN. “Él, desde el Despacho Oval, desde esa posición de poder, está en condiciones de enviar una señal muy fuerte y clara”.

“Hemos hecho esto en el pasado contra el terrorismo extranjero. Necesitamos hacerlo con el terrorismo local, contra el supremacismo blanco, que está creciendo cada día que nos mantenemos en silencio”, aseguró.

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