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CIUDAD DEL VATICANO, 17 de marzo (ACI Prensa).- “El sufrimiento no es un sadomasoquismo, es un pasaje necesario, pero transitorio”. Con esas palabras explicó el Papa Francisco, durante el rezo del Ángelus este domingo 17 de marzo, en qué consiste la perspectiva cristiana del sufrimiento.

El Santo Padre dedicó sus palabras a reflexionar sobre el episodio evangélico de la Transfiguración. Francisco explicó que “Jesús concedió a los discípulos Pedro, Santiago y Juan experimentar la gloria de la Resurrección: un trozo de cielo en la tierra”.

Señaló que “la Transfiguración se produce en un momento muy concreto de la misión de Cristo, esto es, después de que Él hubiera confiado a los discípulos que debería sufrir mucho, ser asesinado y resucitar al tercer día”.

Ese camino “también será el camino de los discípulos: ninguno llega a la vida eterna si no es siguiendo a Jesús, llevando su propia Cruz en la vida terrena”.

Por ello, “en esta Cuaresma debemos subir también nosotros al monte con Jesús. ¿De qué modo? Con la oración. Permanezcamos algunos momentos en recogimiento, fijando la mirada interior en su rostro y dejemos que su luz nos alcance y que irradie en nuestra vida”.

El Papa finalizó su reflexión previa al Ángelus animando a dar “espacio a la oración y a la Palabra de Dios que, abundantemente, la liturgia nos propone en estos días”.

La Virgen de Irlanda o Madonna de las Lágrimas

El 17 de marzo de 1697 una imagen de la Virgen María, conocida como la Virgen de Irlanda o la Madonna de las Lágrimas, lloró sangre durante tres horas en el día en que la Iglesia celebra a San Patricio.

La milagrosa pintura está actualmente en la Catedral de Gyor en Hungría, adonde fue llevada por el Obispo de Clonfert, Mons. Walter Lynch, quien se vio obligado a huir de Irlanda ante la persecución de los ingleses liderados por Oliver Cromwell.

La imagen, cuyo nombre original era Nuestra Señora Consoladora de los Afligidos, muestra a la Madre de Dios en posición orante ante al Niño Jesús que está acostado. La tela, que señala el Independent Westmeath de Irlanda, se conserva en una urna de vidrio y plata en la Catedral de Gyor, donde puede ser venerada.

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